CONCOCIMIENTO CIENTIFICO - BIOTECNOLOGIA Y LOS TRANSGENICOS
Fuerte polémica avivó el mundo de la biotecnología.
Investigadores de varias partes del mundo refutaron un experimento realizado en
Francia en el que se vincula los alimentos trasgénicos al cáncer. Es más,
denunciaron éxito en el trabajo.
La investigación probó el efecto porciones
de alimentos conteniendo maíz genéticamente modificado, tolerante al herbicida
Roundup (maíz RR) en ratones de laboratorio. Sin embargo, fueron descubiertos
en el experimento burdos errores metodológicos. Científicos brasileños de la Empresa Brasileira
de Pesquisa Agropecuaria (Embrapa), norte-americanos de las Universidades de California
y de Florida, ingleses del King's College de Londres atacaron los resultados
señalando fallas inaceptables. Con los mismos datos se podría haber probado lo contrario,
es decir, que el maíz transgénico redujo y no aumentó el riesgo de cáncer en los
animalitos.
La Autoridad
Europea para la Seguridad de los
Alimentos (EFSA) publicó un análisis descalificando la investigación realizada
por Giles-Eric Séralini, conocido activista en contra del uso de la ingeniería
genética en la agricultura. Su postura apriorística construye una conclusión
equivocada. Embuste científico.
Viene de lejos la discusión sobre el
color ideológico de la ciencia. Es sabido que en las ciencias sociales existe para
los científicos una enorme dificultad de apartarse de sus posturas políticas en
los estudios que realizan. Inevitablemente la visión de mundo afecta sus
formulaciones teóricas, induciendo al sesgo. Por dicha razón existen tantas polémicas
en la sociología y en la economía.
En cambio en las ciencias exactas prácticamente
no existe relación entre conocimiento e ideología. En física o química los fenómenos
analizados son cuantificados con exactitud. La velocidad de la luz se mide, se detallan
las estructuras moleculares. En matemática, dos más dos son cuatro y se acabó.
Ya en las ciencias naturales, así como
en la biología y en la agronomía, que estudian los seres vivos y su ambiente, los
fenómenos además de complejos varían en su manifestación. Es difícil medir,
estimar, nunca es preciso. Se puede observar tendencias, leyes generales para
guiar los procesos vitales, pero cada uno de ellos puede reaccionar
distintamente a los estímulos del medio donde viven. Existen incertidumbres,
imprecisiones.
Como dice el campesino, aquí es donde
la situación se complica: Aún cuando los investigadores no se encuentren
políticamente involucrado, ellos razonan de acuerdo con sus principios culturales
y éticos. Esto obviamente crea diferencias
dentro de los laboratorios. A sabiendas de que es imposible estar exentos de la
ideología, las normas científicas exigen que sean conocidos y divulgados con
claridad los presupuestos básicos y la metodología de los estudios, estableciendo
una especie de lealtad en la búsqueda de la verdad.
El rigor del método científico separa
el buen conocimiento de aquel de mala calidad. Este surge del engaño, de la
fabricación de resultados de acuerdo a objetivos no confesables. Aquí parece que
se encaja la investigación sobre el maíz trangénico RR y el cáncer. Ni la
estirpe, ni la edad de los ratones alimentados en laboratorio eran conocidos, y
es sabido que naturalmente los más ancianos tienen tendencia a contraer más
cáncer que los jóvenes.
El 16 de octubre es el Día Mundial de
la Alimentación.
Estudiosos del tema hambre coinciden que el desafío de la seguridad
alimentar no será vencido con facilidad hasta el 2050, cuando se estima que la
población mundial sea de 9 billones de personas. Tres procesos básicos
determinarán el éxito en esta difícil tarea en contra de las restricciones
alimentares de los pueblos: expansión de las áreas de producción; desarrollo
tecnológico elevando la productividad en la agropecuaria y surgimiento de
nuevas alternativas de comida.
La ingeniería genética irá cumplir un
papel imprescindible rumbo a la seguridad alimentar. Luego de 15 años de que han
salido de los laboratorios e siguieron para el campo las variedades transgénicas
manifestadas en docenas de especies vegetales ya ocupan 160 millones de hectáreas,
plantadas por 16,7 millones de agricultores en 29 países. Recibidas al inicio
con temor, nunca se ha evaluado tanto una tecnología. Aún buscando cuernos en
la cabeza de caballo, jamás quedado probado, en ningún caso, cualquier daño a
la salud humana como consecuencia del alimento genéticamente modificado.
Nuevas generaciones de organismos genéticamente
modificados surgen de los laboratorios mundiales. Los primeros transgénicos suministraron
resistencia de las plantas a herbicida, posteriormente a las orugas, y desde
entonces no han parado de evolucionar. La ingeniería genética está inventando
plantas resistentes a la sequía, tolerantes a la salinización de los suelos, y
que soportan suelos más pobres. Surgen granos más ricos en proteínas y
vitaminas, frutas que duran más al almacenar. En los animales, acaba de anunciarse
en Nueva Zelanda, una vaca transgénica capaz de producir leche sin la proteína
beta-lactoglobulina responsable por causar alergia en hasta 3% de los niños en
el primer año de vida. Increíbles fronteras de la ciencia de los alimentos.
Normas internacionales prohíben productores
orgánicos de cultivar plantas transgénicas. Sin embargo, cada vez más se comprueba
con la bioseguridad su beneficio en la sustentabilidad de los sistemas productivos.
Superplantas transgênicas, resistentes a plagas y enfermedades eliminarán el
uso de los pesticidas en la labranza. Exceptuando el prejuicio ecológico, ninguna
razón agronómica contrapone el orgánico al transgénico. Enemigos hoy pueden
andar de las manos mañana.
Conocimiento científico no rima con ideología
y tampoco con intolerancia. El mismo se mueve estimulado por el dinamismo de
civilización por el desafío de lo desconocido. Transilvania en latín significa
"más allá del bosque ". En Rumania se cree que allá vivió el
atemorizante Conde Drácula el más famoso de los vampiros. Mera creencia. Nada
que ver con transgénico. Pura ciencia.
* AGRÓNOMO, FUE SECRETARIO DE AGRICULTURA Y SECRETARIO DEL MEDIO AMBIENTE DEL
ESTADO DE SÃO PAULO
E-MAIL: XICOGRAZIANO@TERRA.COM.BR
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