8 jul 2014

ABC DIARIO

08 de Julio de 2014

| indefinición tributaria y coyuntura propiciARON reducción de área de maíz en 33%, dice UGP

La producción de soja creció 13%, alcanzó 9,2 millones de toneladas

La cosecha de soja 2014 se estimó en 9.285.592 Ton., que representan un 13% más que la de 2013, con 8.202.190 Ton., según Inbio. A su vez, el maíz zafriña cubre 649.733 Ha., cayó 33%.
La producción de soja de la cosecha 2014 cubrió un área de 3.254.908 hectáreas y el promedio de rendimiento fue de 2.853 kilogramos por hectárea, con lo que se logró una cosecha nacional 2014 de 9.285.592 toneladas, según informó ayer el Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio).
Considerando el volumen de producción de la oleaginosa de este año con relación a la de 2013, que fue de 2.202.190 toneladas, se observa un crecimiento de 13%, según los datos revelados por el Ing. Agr.
Luis Cubilla, experto de Inbio.
Sin embargo, sumando el volumen total de soja que llegó a las industrias con lo que se exportó, se tienen solo 8.093.821 toneladas. La diferencia con la estimación total se debe a que unas 325.491 toneladas de soja fueron destinadas a la producción de semilla; otras 402.000 toneladas fueron procesadas para alimento balanceado, y 464.280 toneladas es la merma en procesamiento y padronización.
Durante la conferencia de prensa, realizada en el local de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Cubilla también informó que el área de siembra del maíz zafriña, que en 2013 había alcanzado 983.899 hectáreas, este año solo se observan unas 649.733 hectáreas, lo que significa una disminución del orden del 33%, atribuida a la indefinición tributaria en el tiempo de siembra y el bajo precio.

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Medio Ambiente

El medio ambiente debe ser considerado como parte integral y armónica del conjunto de tareas que garanticen el desarrollo sostenible de un país como Paraguay (Molinas 2006).

El problema de la sostenibilidad es en el fondo un problema de desarrollo, de erradicación de la pobreza, de educación colectiva, de mentalidad y hábitos sociales, de cultura política, de mecanismos institucionales que incorporen la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones, de nuevas formas de producir y de consumir, de equidad y cooperación en las relaciones internacionales, se trata, en suma, de colocar al ser humano en el centro de nuestras preocupaciones, porque si las personas no están protegidas, la naturaleza tendrá, entonces, pocas oportunidades.

Para avanzar verdaderamente hacia el desarrollo sostenible debemos asumir nuestra responsabilidad local con enfoque global en la lucha que la humanidad esta encarando por preservar en el largo plazo los ciclos vitales de la vida de los que depende la existencia misma del ser humano sobre la tierra, debemos hacer un esfuerzo local con perspectiva global (Molinas 2008).

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