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18 oct 2025

IMPUESTO GLOBAL AL CARBONO EN EL TRANSPORTE MARÍTIMO: PARAGUAY EN LO CORRECTO AL RECHAZARLO – OCTUBRE 2025

Ing. Agr. (M.Sc.) (H.Cs) Alfredo S. Molinas M.; Como Asesor Agroambiental, como Ex ministro de Ambiente y Ex Ministro de Agricultura y Ganadería de Paraguay, Actualmente Asesor de la Presidencia de la Universidad San Carlos (USC), deseamos compartir  con ustedes una entrevista que pude realizar con el Biólogo Jorge Martinez Especialista en temas de Cambio Climático y que fue negociador paraguayo del Acuerdo de Paris, respecto a impuesto global al carbono que se está discutiendo en el ámbito del transporte marítimo y que fue noticia en estos últimos días.

Personas sentadas en una mesa

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P: ¿De qué se trata este tema?

R: En la Organización Marítima Internacional (IMO, en inglés) agencia especializada de la ONU se discute incorporar al MARPOL (Convenio internacional para prevenir la contaminación por los buques)  una enmienda en uno de los Anexos donde se incorpora un Capítulo que habla Marco de Emisiones Neto Cero (IMO Net-Zero Framework).

(https://www.imo.org/es/mediacentre/pressbriefings/pages/imo-approves-netzero-regulations.aspx).

Esta propuesta incluye un esquema que fija límites de emisiones para los buques y si estos se exceden tendrán cobros obligatorios por tonelada de CO₂eq emitida. Se habla de precios de entre 100-380 US$ por cada tonelada excedente emitida y cita que los fondos recaudados serán manejados por esta agencia donde estiman recaudar unos 11.000 millones de dólares.

En la práctica, no lo citan “impuesto” sino como una “contribución exigible”, con esa tarifa que citamos y que será de cumplimiento obligatorio. Es decir, no es un impuesto en términos reales porque será una contribución por sobrepasarse de emisiones, pero opera como si lo fuese y por eso algunos lo denominan impuesto al carbono.

Y si bien se dice que esto será para las empresas de transporte marítimo, realmente el que lo va a pagar no será el buque sino la carga que va en el buque y por ende, el productor y los consumidores. El dueño del medio de transporte no va a perder, el que va a perder aún más va a ser el que envía sus productos.

P: ¿Qué pasaría si la propuesta se aprueba así como está?

R: Y seguramente subirían los costos del flete marítimo y aunque digan que el impacto es mínimo creo que a esta altura todos sabemos que muchas veces las ganancias de los productores justamente se sostienen con márgenes mínimos y cualquier cambio en la estructura financiera podria afectar la rentabilidad y competitividad del producto.

Sumado a ello, es más que seguro que aumentarían los valores de combustible por el aumento del flete. Afectaría también en la importación de productos y encarecería los productos que llegan al país.

P: ¿Es correcta la posición de Paraguay al rechazar este impuesto?

R: Totalmente correcta y esta debería ser inmutable respecto a otras ideas similares que de repente se lanzan en este tipo de foros y convenciones, donde en el marco del cambio climático algunos quieren atribuirse el rol de rectores y nos quieren enseñar a conservar imponiéndonos obligaciones, multas o peajes bajo la excusa de salvar el planeta.

En este caso el pago las emisiones del transporte marítimo agrandaría la brecha entre los países desarrollados que para ellos no hay problemas en asumir estos costos, pero países como Paraguay que es responsable del 0,06% de las emisiones globales el impacto podria ser importante en términos económicos y sociales.

P: ¿Los que proponen esto tienen certeza científica de lo que ocurre para lanzar estas ideas?

R: En mi opinión, el consenso que promueven se debe a que se juntan países o profesionales con ideas convergentes pero carecen de diversidad de enfoques sin un escrutinio científico real y por tanto la unanimidad muchas veces es más bien por afinidad antes que técnico-científico, y esto carece de certeza real.

Cuando se quiere pasar una fase de comenzar a cobrar impuestos por carbono o emisiones, que es lo que se está proponiendo, pues entonces se precisa mayor transparencia y validación externa y no únicamente apoyarse en metodologías complejas que muchas veces tienen grandes incertidumbres y que pueden generar estimaciones que pueden no estar ajustados a la realidad.

En este caso la certeza científica es aún más necesario ya que “el diseño del impuesto” está fijado sobre los excedentes de emisiones, por lo que se debe ser muy preciso en cuantificar las emisiones permitidas y las emisiones excedentes.

P: ¿Realmente hay una transición que ayude a reducir emisiones?

R: En el nombre de la transición energética lo que menos se crearon fueron alternativas, pero lo que más se promovió es el impuesto a los combustibles fósiles. Si vemos los países que implementan estos tipos de transición, son los mismos países en el que el costo de la electricidad ha subido. O sea, las alternativas afectaron negativamente a la economía de las personas y la sociedad y por ende no cumple con la definición de ser “Sostenible”.

Este es el caso perfecto para comprender que un “plan” no es equiparable a la “realidad del campo”. Muchos creen que por el hecho de existir una ley esto ya es aplicable y funciona, y asi mismo algunos piensan que por que funciona en una tabla de excel también debe funcionar en el campo.

P: ¿Qué podríamos concluir?

R: Que si esto se aprueba será el primer Peaje Climático Global disfrazado de “Contribución” en el mundo. El término “Contribución” que también figura en el Acuerdo de Paris sería un sinónimo de imposición y de impuesto y ya no más de cooperación voluntaria. Inaugurando una versión política climática global que antepone la recaudación antes que resolver el problema.

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