11 feb 2014

ABC DIARIO - SALVEMOS AL TEJU DE LA RESOLUCION DE LA SEAM

11 de Febrero de 2014

 

Venta del teju comenzó el año pasado

FILADELFIA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). Según consultas a varias fuentes, entre ellas algunos líderes indígenas, una primera venta de pieles de teju guasu, aunque en forma muy escasa, ya comenzó en diciembre de 2013, antes de que la Secretaría del Ambiente (Seam) emitiera la resolución que autorizaba la cacería de 214.000 ejemplares de estos animales silvestres.
Siempre, cuando aparecía un macatero (negociante ambulante) por alguna comunidad lograba acopiar algunas pieles de teju guasu. Esto ocurrió así por lo menos en la zona de la ciudad de Mariscal Estigarribia.
Por otro lado, las fuentes coincidieron en señalar que en el área del Pilcomayo los indígenas venden teju guasu desde el año pasado, pero a acopiadores de Argentina. Cobran 15 pesos argentinos (5.700 guaraníes, al cambio actual) por cada unidad de piel.
El ayoreo Taobi Picanerei, de la comunidad Garay, Alto Paraguay, y miembro de la Asociación Tiegosode Uejai, aseguró ayer que ellos no comen la carne del teju guasu. Crecencio Cáceres, del pueblo guaraní de Filadelfia, indicó que sí existen algunas personas de su etnia que comen esta carne. “Algunos sí, pero no todos”, dijo.
Esto significa que la cacería del teju guasu para la venta de la piel no es al mismo tiempo un beneficio nutricional para los pueblos originarios.
Además, los acopiadores compran las pieles a los indígenas a precios bajos (10.000 guaraníes la unidad), teniendo en cuenta que ya años atrás la piel se exportaba a entre 250.000 a 300.000 guaraníes.
La cacería y comercialización del teju significan un beneficio muy limitado para los pueblos originarios.

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Medio Ambiente

El medio ambiente debe ser considerado como parte integral y armónica del conjunto de tareas que garanticen el desarrollo sostenible de un país como Paraguay (Molinas 2006).

El problema de la sostenibilidad es en el fondo un problema de desarrollo, de erradicación de la pobreza, de educación colectiva, de mentalidad y hábitos sociales, de cultura política, de mecanismos institucionales que incorporen la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones, de nuevas formas de producir y de consumir, de equidad y cooperación en las relaciones internacionales, se trata, en suma, de colocar al ser humano en el centro de nuestras preocupaciones, porque si las personas no están protegidas, la naturaleza tendrá, entonces, pocas oportunidades.

Para avanzar verdaderamente hacia el desarrollo sostenible debemos asumir nuestra responsabilidad local con enfoque global en la lucha que la humanidad esta encarando por preservar en el largo plazo los ciclos vitales de la vida de los que depende la existencia misma del ser humano sobre la tierra, debemos hacer un esfuerzo local con perspectiva global (Molinas 2008).

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