2 dic 2020

PARAGUAY Y LA AGRICULTURA CLIMATICAMENTE INTELIGENTE (ACI) MECANISMO PRÁCTICO DE EFICIENTE Y EFICAZ DE COMBATIR AL CAMBIO CLIMATICO

En Paraguay, hasta mediados de los 80´s, los suelos destinados para agricultura y ganadería eran aprovechados directamente en base a la utilización de su fertilidad natural, producto de los DESMONTES y sin que prácticamente en sus sistemas de producción tradicionales se incorporen medidas, prácticas y obras de manejo y conservación de los recursos naturales y en especial el recurso natural y productivo SUELOS.  En el periodo que abarca desde los 90 al 2003 los productores y el Estado paraguayo han venido desarrollando trabajos de investigación, transferencia y adopción de tecnologías orientadas al uso, manejo y recuperación de la fertilidad de los suelos como: la siembra directa, rotación de cultivos con abonos verdes, implementación de curva a nivel, protección de bosques nativos, de cauces hídricos y nacientes de arroyos y otros recursos hídricos.

Estas buenas prácticas agrícolas para el uso y manejo sustentable de sus SUELOS desarrolladas especialmente por los productores en las unidades productivas del sector privado y acompañados por el Estado se han consolidado entre el 2000 y 2014; y se vienen intensificando y mejorando la aplicación en los pequeños, medianos y grandes productores por la necesidad de recuperar, mantener y mejorar sustancialmente la productividad y la producción sustentable del recurso productivo SUELO y por consecuencia la rentabilidad económica de sus cultivos de renta y autoconsumo y las de sus unidades productivas agrícolas en la Región Oriental del Paraguay.

Ante este proceso de producción agrícola de la Región Oriental consultamos al Ing. Agr. (M.Sc.) Alfredo Molinas Exministro de Agricultura y de Ambiente y actualmente Asesor Agro-ambiental de la Unión de Gremios de la Producción (UGP); que nos señaló que el “Censo Agropecuario (CAN) del 2008 muestra claramente que la agricultura paraguaya en la Región Oriental se caracteriza por una estructura productiva bimodal, denominadas:

Agricultura Familiar (AF): En este periodo de análisis y evaluación a pesar del esfuerzo en las políticas públicas se mantienen un sistema de producción con bajo nivel tecnológico con una producción diversificada pero muy poco competitivo. Estas unidades de producción son de pequeñas escalas pero que producen el 85% de los rubros agrícolas de consumo en la canasta básica familiar en el país.; y

Agricultura Tecnificada (AT): La evolución que la Agricultura Mecanizada vienen evolucionando hacia una Agricultura cada vez más Tecnificada; siendo cada vez más altamente competitiva, utilizando e incorporando los niveles tecnológico más alto y modernos disponibles en el mercado, generando productos de mayor calidad demandado por los mercados más exigentes y con una buena rentabilidad, asegurando una muy buena inserción en los mercados nacionales y de exportación con sus productos.

En las unidades productivas preferentemente agrícola”, donde para ambas estructura productiva bimodal existe una manifestación cierta de todos los productores de la dificultad que existe el riesgo de la poca sostenibilidad económica, social y ambiental de los productores, donde los mismos sufren la degradación del recurso natural productivo SUELO, generando como consecuencias, pérdidas de la productividad de sus cultivos, disminuyendo la rentabilidad de unidades productivas, replicando el modelo de los 80’s de utilización de la fertilidad del suelo recién habilitado después del desmonte de las tierras habilitadas para uso agrícola.

 El Ing. Molinas además manifestó que existen otros DESAFÍOS CLAVES en los sistemas de producción agropecuaria y el aprovechamiento forestal sostenible en unidades productivas del Paraguay; “que van más allá de las mejoras sostenidas en la productividad de sus cultivos de renta y autoconsumo como es la vulnerabilidad como país a los efectos negativos del cambio climático (las intensas precipitaciones, heladas, vientos intensos y granizadas extremas y poco previsibles), desafíos presentes de combatir estos efecto negativos del cambio climático asociado además a la necesidad de incorporar las denominadas buenas prácticas agropecuarias y forestales que complementariamente contribuyan a CAPTURAR Y/O SECUESTRAR las Emisiones de los Gases Efectos Invernaderos (GEI), especialmente carbono como CO2”.

Nuestra agricultura paraguaya señala el Asesor Agro-ambiental de la Unión de Gremios de la Producción (UGP) “ha venido desarrollando y aplicando las denominadas buenas prácticas agrícolas de la agricultura de conservación, potenciando en forma complementaria para potenciar aquellas buenas prácticas agrícolas orientadas si o si a la ADAPTACIÓN al cambio climático, donde entre estas buenas prácticas se puede citar a la siembra directa, la rotación de cultivo (con abono verde y otros rubros como soja, maíz, poroto, sésamo) abono verde de invierno (avena), curvas a nivel, subsolado para romper el pie de arado, manejo integrado de plagas, y el uso de variedades de alto rendimiento, resistente al ataque plagas y enfermedades y tolerantes al calor extremos y las sequias producto de la biotecnología”.

En Paraguay aquellos productores que aplican estas buenas prácticas según el Ing. Molinas “la agricultura se denominada de conservación por el uso y manejo racional del recurso productivo SUELO, además asevero además se viene con estas buenas prácticas en los sistemas de producción un avance hacia una AGRICULTURA SOSTENIBLE, yendo más allá de cada chacra individual, con un enfoque de planificación de unidad productiva, incorporando los componentes económicos, ambientales y sociales, donde entendemos que los sistemas agroforestales son una herramienta más aplicables hoy entre los productores para convertir la agricultura de conservación en agricultura cada vez más sostenible”.

La Unión de Gremios de la Producción (UGP) según el Asesor Agro-ambiental que antes estos 2 (dos) avances en la agricultura paraguaya como la agricultura de conservación y la agricultura sostenible en sus unidades productivas los paraguayo se viene fomentando como unión de gremios entre nuestros productores que para adaptarse y combatir cambio climático, nuestra agricultura está avanzando hacia a una Agricultura Climáticamente Inteligente (ACI); donde se promueve la utilizando más eficientemente los recursos naturales enfocados en el uso racional y la protección del medio ambiente, implementando las mejores prácticas e introduciendo tecnologías disponibles y adoptando una visión de cadena de valor.

Es importante señalar que en este DESAFIÓ CLAVE Y ACTUAL de la agricultura paraguaya nuestro gremio y productores sean de la Agricultura Familiar (AF) y/o de la Agricultura Tecnificada (AT), entendemos como Agricultura Climáticamente Inteligente (ACI) que sus unidades productivas los productores deberán contemplar los siguientes pilares promovidos por la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO):

PRODUCTIVIDAD: que apunta a incrementar la productividad de la agricultura sustentable (minimizando el impacto sobre el ambiente) y en función a ello aumentar los ingresos a través de esta actividad económica. Un concepto central de esta definición es la intensificación sustentable de la producción agrícola y se logra con la aplicación de las buenas prácticas agrícolas.

Buenas Prácticas Agrícolas: son todas las recomendaciones técnicas relacionados con el sistema de producción adecuado como ser: respetar las fechas de siembra según las variedades adecuadas; preparación de suelo; control de malezas; control de plagas y enfermedades; cosecha adecuadas; uso seguro de los productos fitosanitarios.

ADAPTACIÓN: que apunta a reducir la exposición de los agricultores en el corto plazo a los riesgos del cambio climático mientras se fortalece sus capacidades para adaptarse a ellos en el mediano y largo plazo. Se le da especial atención a la protección de los servicios ecosistémicos esenciales e integra a los sistemas productivos la conservación de los paisajes agrícolas (“landscapeapproaches”), aplicando las buenas prácticas agronómicas.

Buenas Prácticas Agronómicas: son todas aquellas medidas, prácticas y obras de uso y manejo de los recursos naturales productivos; en especial del recurso natural productivo suelos en el uso agrícola que complementan a las denominadas Buenas Prácticas Agrícolas. Estas Buenas Prácticas Agronómicas son: Sistema de siembra directa; Rotación de cultivos; Abono Verde; Curva de nivel; Manejo integrado de plagas; Barreras vivas y otros.

MITIGACIÓN: que busque reducir las emisiones que genera la actividad agrícola mediante mejores prácticas productivas y adopción de nuevas tecnologías, dando especial atención a los procesos de manejos forestales y cuidado del suelo, considerándolos ambos sumideros de carbono”.

Mitigaciones: Hace relación a las actividades y acciones a planificar e implementar en las unidades productivas de la agricultura paraguaya se ordenen y orienten a contribuir con la reducción de las emisiones de Gases de Efectos Invernaderos (GEIs), incorporando mejores prácticas productivas y adopción de nuevas tecnologías con especial atención a los procesos de la no deforestación, manejo y conservación de los suelos, ambos como prácticas de sumideros de carbono.

Dr. Sanjaya Rajaram, Premio Mundial de la Alimentación 2014. Decreto que “El suelo almacena más carbono que la suma de todos los bosques en el mundo y, además, puede absorber el doble de todo el carbono que se encuentra en la atmósfera

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Medio Ambiente

El medio ambiente debe ser considerado como parte integral y armónica del conjunto de tareas que garanticen el desarrollo sostenible de un país como Paraguay (Molinas 2006).

El problema de la sostenibilidad es en el fondo un problema de desarrollo, de erradicación de la pobreza, de educación colectiva, de mentalidad y hábitos sociales, de cultura política, de mecanismos institucionales que incorporen la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones, de nuevas formas de producir y de consumir, de equidad y cooperación en las relaciones internacionales, se trata, en suma, de colocar al ser humano en el centro de nuestras preocupaciones, porque si las personas no están protegidas, la naturaleza tendrá, entonces, pocas oportunidades.

Para avanzar verdaderamente hacia el desarrollo sostenible debemos asumir nuestra responsabilidad local con enfoque global en la lucha que la humanidad esta encarando por preservar en el largo plazo los ciclos vitales de la vida de los que depende la existencia misma del ser humano sobre la tierra, debemos hacer un esfuerzo local con perspectiva global (Molinas 2008).

Anuncio Ing. Alfredo Molinas