Ing.
Agr. (M.Sc.) Alfredo S. Molinas M.; Asesor Especialista, con experiencia por
más de 30 años en temas Agroambientales y como Ex ministro de Ambiente y Ex
Agricultura y Ganadería de Paraguay, presentamos para el debate y discusión los
“conceptos, alcances desafíos de los impactos del cambio climático versus
seguridad alimentaria local y global en el sector agro-rural”, de los
visitantes de este BLOG.
I.- MEJORA DE LA
SEGURIDAD ENERGÉTICA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA SIMULTÁNEAMENTE A NIVEL
FAMILIAR:
1.- Con menor
publicidad, pero igualmente importante, es la demanda de energía de las
poblaciones urbanas o rurales pobres. En muchas partes del mundo en desarrollo
las poblaciones más pobres utilizan estiércol, ramas y biomasa de bajo grado
para cocinar y calefaccionar y sólo la fuerza motriz humana en sus actividades
productivas. Cuando estas poblaciones mejoran a nivel económico, cambian por
combustible maderero desplazándose progresivamente desde el carbón de leña, el
queroseno, el gas y la electricidad e integrando los animales y los
instrumentos simples.
2.- A un cierto nivel
de desarrollo conseguirán integrar algún nivel de mecanización, riego y
fertilización que implica un cambio a los combustibles fósiles. Tanto en las
actividades del hogar como en las actividades económicas sigue “la escala
energética” e influencia “la escala económica”.
3.- Los intentos por
mitigar el hambre y promover el desarrollo rural y la seguridad alimentaria deben
estar acompañados por esfuerzos para promover la función de la energía como una
componente fundamental de esos intentos. Muchas partes del mundo en desarrollo
sufren la falta de energía adecuada y recursos de energía agrícola para la
agricultura y la producción de alimentos. Una mejor gestión de las fuentes de
biomasa de combustibles para uso doméstico es esencial para reducir la
deforestación, controlar la liberación de dióxido de carbono y abordar la
carencia energética que limita el desarrollo sostenible en muchas partes del
mundo.
II.- LA
UTILIZACIÓN EFICAZ DE LA ENERGÍA:
1.- Si bien el debate
acerca de las compensaciones biocombustible /seguridad alimentaria hasta el
momento se ha centrado principalmente en el modo en que se pueden gestionar las
necesidades contrapuestas de los recursos escasos, es igualmente importante
centrar la atención en el ahorro de energía y en el uso eficaz de la misma que contribuirá
a reducir su demanda, incluyendo la de la bioenergía. Los cambios en la
variabilidad de las condiciones climáticas prevalecientes pueden reducir los
plazos de tiempo disponible para el trabajo en el campo, sea por la preparación
de la tierra, la eliminación de la maleza, la lucha contra las plagas o el
aprovechamiento.
2.- Ello generará una
mayor demanda de mano de obra, tracción animal o energía agrícola mecanizada
para realizar el trabajo correspondiente en un plazo de tiempo más breve. En
los sistemas agrícolas mecanizados, las crecientes inversiones en maquinarias
se traducen en plazos de tiempo más breves. Al mismo tiempo, el cambio de mano
de obra a mecanización determinará que quienes dependían del empleo agrícola
pierdan sus medios de subsistencia. En tales casos, se necesitan intervenciones
activas para asistirlos en hallar nuevas oportunidades para la consecución de
los medios de vida.
III.- MITIGACIÓN -
LA FUNCIÓN DECISIVA DE LA AGRICULTURA:
1.- Las emisiones de
gas de efecto invernadero del sector alimentario y agrícola contribuyen con más
del 30 por ciento del total de las emisiones anuales (deforestación 17,4 por
ciento, agricultura 13,5 por ciento).
2.- El sector
ganadero representa el 18 por ciento, incluyendo más de dos tercios del total
de emisiones atribuibles a la deforestación y más de un tercio del total de la
liberación de metano y óxido nitroso.
3.- Sin embargo, el
sector también tiene un importante potencial para mitigar el cambio climático.
4.- Las mejores
prácticas, incluyen:
4.1.- Reducción de
emisiones de dióxido de carbono mediante:
a).- Reducción de la
tasa de deforestación y degradación forestal,
b).- Mejor control de
los incendios forestales,
c).- Evitar la
práctica de quema de residuos de cultivos después del aprovechamiento,
d).- Evitar la
degradación de la pastura,
e).- Reducción de las
emisiones en el cultivo arable por la adopción de sistemas sin roturación,
f).- Reducción de las
emisiones de las operaciones de pesca comercial,
g).- Uso más eficaz
de la energía por la agricultura y la agroindustria.
4.2.- Reducción de
las emisiones de metano y óxido nitroso:
a).- Mejora de la
nutrición para la ganadería de rumiantes,
b).- Gestión más
eficaz del desecho de la ganadería,
c).- Gestión más
eficiente del agua para el riego en los arrozales,
d).- Gestión más
eficiente de las aplicaciones de fertilizantes de nitrógeno y estiércol en
campos cultivados, y
e).- Reclamo del agua
residual tratada por el municipio para la recarga de acuíferos y el riego
4.3.- Retención
del carbono mediante:
a).- Forestación,
reforestación y mejores prácticas de ordenación forestal,
b).- Introducción de
sistemas agroforestales que combinan cultivos, tierras de pastoreo y árboles de
manera ecológicamente sostenible,
c).- Utilización de
tierras degradadas para bosques plantados productivos u otra biomasa para
combustibles,
d).- Gestión mejorada
de pasturas y prácticas de pastoreo en tierras de pasturas naturales,
incluyendo la optimización del número de existencias y la pastura rotativa, y
e).- Uso de técnicas
como agricultura de conservación para mejorar la gestión de la materia orgánica
del suelo con una cubierta permanente de suelo orgánico, mínima alteración
mecánica del suelo y rotación de cultivos.
III.- BENEFICIOS
MÚLTIPLES DE LA AGRICULTURA DE CONSERVACIÓN:
1.- La conversión de
los sistemas naturales a la agricultura cultivada usando métodos convencionales
ocasiona la pérdida de carbono orgánico del suelo en el orden de 20-50 por
ciento comparado con la cantidad del cultivo previo.
2.- La aplicación de
métodos sin roturación de la agricultura de conservación en toda la tierra
cultivada podría teóricamente determinar una retención total de hasta tres mil millones
de toneladas de carbono por año durante aproximadamente 30 años.
3.- Este es casi el
equivalente del aumento anual neto en la atmósfera de dióxido de carbono de
origen antropogénico que actualmente experimentamos. Además, la agricultura de
conservación también ahorra combustible fósil y marca una importante diferencia
para la eficiencia en el uso de las aguas, la calidad del suelo y la capacidad
para resistir a los fenómenos extremos.
IV.- PAGOS POR
SERVICIOS AMBIENTALES - ¿PUEDEN ELLOS PROTEGER LOS MEDIOS DE SUBSISTENCIA
BASADOS EN EL BOSQUE Y SIMULTÁNEAMENTE MITIGAR EL CAMBIO CLIMÁTICO?:
1.- Se pierde
alrededor de 13 millones de hectáreas de bosques por año mediante la
deforestación, principalmente debido a la conversión de la tierra para la
utilización agrícola. El cambio climático también afectará la salud de los
bosques por el aumento de los incendios forestales, de las plagas y las
enfermedades. Sin incentivos económicos u otros incentivos y sin decisión
política será difícil detener la deforestación y la degradación de los bosques.
2.- Un mecanismo de
incentivo relativamente nuevo es el pago por los servicios ambientales por el
cual los agricultores y las comunidades reciben compensación por la mitigación
del cambio climático que generan. Además de la retención del carbono, se han
calificado hasta aquí otros servicios para tales pagos que incluyen la
conservación de la biodiversidad, la gestión de las áreas protegidas y la
protección de las cuencas hidrográficas (manteniendo la cantidad y la calidad
del agua).
3.- Si están bien
planificados, los pagos por servicios ambientales podrían aumentar la capacidad
de los hogares que dependen en pequeña escala de los bosques para resguardarse
contra el riesgo diversificando las fuentes de ingreso y también podrían
potencialmente aumentar las oportunidades de empleo para las mujeres y los
jóvenes.
4.- Estos hogares,
que incluyen muchos de aquellos que pertenecen a pequeños propietarios de
tierras húmedas receptoras de lluvias y pequeños propietarios de sistemas
agrícolas de altas tierras receptoras de lluvias indicados en los mapas podrían
estar más dispuestos a invertir en insumos necesarios para la tierra adaptada y
para las prácticas de ordenación forestal, si sus ingresos fueran más seguros.
5.- Esta demanda mayor
a su vez inspiraría a la cadena de suministro de insumos del sector privado a
hacer disponibles los equipos y los insumos en los mercados. Sin embargo, el
proyecto de planes eficaces de pagos que conduzcan a un cambio en las prácticas
de los agricultores no es una tarea fácil. La planificación de programas
rentables requiere un cuidadoso análisis de los contextos biofísicos y
socioeconómicos específicos y también la consideración de las repercusiones que
los programas pueden tener sobre las poblaciones pobres.
6.- En muchos casos
las conocidas buenas prácticas para la agricultura y desarrollo rural
sostenibles (ADRS) tienen beneficios tanto de mitigación como de adaptación.
Por ejemplo, la reducción de la deforestación y de la degradación forestal no
tendrían sólo un efecto importante en la mitigación del cambio climático, sino
también podrían determinar otros beneficios como la reducción de la pobreza, la
conservación de la biodiversidad y la protección de las cuencas hidrográficas.
7.- Por otra parte,
algunas estrategias de mitigación pueden amenazar los esfuerzos de adaptación.
Por ejemplo, la producción de biocombustibles líquidos, una actividad de
mitigación, podría aumentar el riesgo de deforestación, la pérdida de la
diversidad biológica y reducir el acceso de las comunidades rurales a estos
recursos como un mecanismo de adaptación para enfrentar impactos externos como
el cambio climático.
8.- Entre las personas
que actualmente dependen de los recursos forestales como medio de subsistencia,
la conversión de la tierra para la producción de cultivos bioenergéticos puede
también inducir a la marginación socioeconómica, en particular en el caso de
las mujeres.
IV.- EL CAMINO A
SEGUIR:
1.- Desde la perspectiva
de la seguridad alimentaria, los riesgos más inmediatos que surgen por el
cambio climático provienen de fenómenos extremos. En tanto que las tormentas,
las inundaciones y las sequías se suceden con mayor frecuencia e intensidad,
también aumenta la magnitud de la pérdida de bienes que afectan la producción
agrícola y el poder adquisitivo de los consumidores de bajos ingresos.
2.- La gestión de estos
riesgos es una necesidad imperiosa para muchos países, en particular para los
países en desarrollo que tienen una cobertura limitada de seguros. Al mismo
tiempo, es igualmente urgente comenzar ahora a adaptarse a los cambios
previstos en las zonas agroclimáticas; hay que anticipar la disponibilidad de
agua y los cambios relativos en la composición de las especies y los vectores
de enfermedad, dado que llevará tiempo que surtan efecto las prácticas de
adaptación apropiadas. En muchas partes del mundo, aún existen considerables
dudas acerca del modo en que se desenvolverán realmente estos cambios más
graduales.
3.- Por ello, es
fundamental la necesidad de mejorar la base de información para seleccionar las
opciones de adaptación apropiadas frente a estas incertidumbres. La mitigación
es también una preocupación importante en el sentido que, si no logramos
controlar el recalentamiento mundial, podríamos afrontar una discontinuidad de
gran escala en los sistemas alimentarios que podría exceder nuestra capacidad
para gestionarla.
4.- Además, en vista
de la importante contribución del sector agrícola a las emisiones y su
igualmente importante contribución potencial para la reducción de las emisiones
y la retención del carbono, la mitigación merece una mayor atención que la que
se le ha prestado hasta el momento. Sin embargo, la mitigación en el sector
alimentario y agrícola logrará más ganancias si se la combina con prácticas
agrícolas adaptadas y en consonancia con los intereses de los agricultores.
V.- IMPORTANCIA DE
LA INNOVACIÓN:
1.- Las prácticas
alimentarias y agrícolas que proporcionarían servicios ambientales y/o
reducirían las emisiones o la retención de carbono en los países en desarrollo
representan buenas opciones de adaptación para los sistemas de los medios de
subsistencia vulnerables. Sin embargo, la adaptación es mucho más.
2.- En varios casos,
la innovación técnica o institucional puede ser la clave. Del mismo modo como
la industrialización ha acelerado el proceso del cambio climático, también ha
acelerado la capacidad humana para innovar.
3.- A menudo, las
mejores opciones de adaptación se traducirán en modificaciones innovadoras de
las buenas prácticas conocidas más bien que de las soluciones completamente
nuevas. En muchas situaciones, la debilidad institucional más que la falta de
técnicas apropiadas ha sido el principal obstáculo en el pasado para la
adopción de prácticas de desarrollo rural y agrícola sostenibles.
4.- Por tanto, la adaptación
de las instituciones, incluyendo las costumbres y los modelos de conducta, así
como las leyes, normas y estructuras formalmente constituidas, puede ser la
prioridad en muchas situaciones en que los efectos del cambio climático
requieren respuestas de adaptación. A menudo faltan los incentivos para hacer
atractiva la adopción de buenas prácticas de mitigación y adaptación.
5.- La información
mejorada, la transferencia de tecnología y las normas favorables, así como los
incentivos monetarios tanto positivos como negativos, incluyendo los principios
de pago a usuarios y contaminadores y el rechazo de los malos sistemas de
incentivos (por ejemplo, las subvenciones a la producción) son todas opciones.
También será importante la planificación de instrumentos financieros
innovadores para los pagos de servicios ambientales.
VI.- EL ACCESO A
LOS FONDOS:
1.- Existen varios
fondos dentro del sistema de las Naciones Unidas que financian actividades
específicas que tienen como objeto la reducción de las emisiones de gas de
efecto invernadero y aumentan la resiliencia a los efectos negativos del cambio
climático.
2.- Como mecanismo de
financiación del CMNUCC, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) apoya
las medidas de adaptación que generan beneficios mundiales por medio del Fondo
Fiduciario del FMAM. La Secretaría del FMAM también administra dos fondos en el
marco del CMNUCC que se centran en el desarrollo – el Fondo especial para el
cambio climático y el Fondo para países de menor desarrollo. Los proyectos
apoyados por estos fondos dan importancia a la agricultura y a la seguridad
alimentaria, la salud, los recursos hídricos y la prevención de catástrofes en
los países en desarrollo.
3.- El Mecanismo para
un desarrollo limpio (MDL) permite que las naciones desarrolladas alcancen
parte de sus obligaciones de reducción de emisiones en el marco del Protocolo
de Kyoto mediante proyectos en países en desarrollo que reduzcan emisiones y
retengan el carbono. Se reconoce que otras formas de utilización de la tierra
además de la actividad forestal se integran al ciclo del carbono; sin embargo,
sólo las actividades de forestación y reforestación reúnen las condiciones para
el otorgamiento de créditos, según el MDL.
4.- Como el cambio
climático atrae en primer plano la atención política en muchos países, los
donantes bilaterales y las instituciones financieras internacionales se vuelven
más importantes como fuentes de financiación.
VII.- LA FUNCIÓN
DE LA FAO:
1.- Una función
importante de la FAO es brindar asistencia a los países miembros para que
identifiquen las opciones posibles de adaptación y ayuden a la población local
a comprender cuáles son las más aplicables según su circunstancia particular.
2.- La FAO suministra
información práctica a los países mediante: 1) conjuntos de datos mundiales; 2)
instrumentos y modelos analíticos; 3) previsión de cosechas y seguimiento del impacto;
4) evaluaciones de datos científicos; y 5) divulgación de la información.
Asimismo, la FAO colabora en las respuestas a las tendencias principales del
cambio climático de los países con políticas y programas acerca de la
agricultura y la alimentación.
3.- En los países con
un Programa Nacional para la Seguridad Alimentaria (PNSA) y también con un
Programa nacional de acción para la adaptación (NAPA), la FAO facilitará la
inclusión de acciones apropiadas para el NAPA y el PNSA. Donde no existe un
NAPA, la FAO brindará el apoyo necesario para incorporar medidas prioritarias
de adaptación en los PNSA. La FAO también prestará su apoyo a los países en las
medidas de adaptación y mitigación del cambio climático relacionadas con los bosques
en sus NAPA y en sus programas forestales nacionales (PFN) y otros procesos de
planificación y políticas forestales.
4.- El objetivo final
no es poner en vigor una práctica de mitigación o una opción de adaptación
seleccionadas previamente sobre cualquier comunidad o grupos de personas
afectadas, sino, más bien, informar y promover el diálogo sobre las probables
características del impacto del cambio climático y las opciones que existen para
reducir la vulnerabilidad y proporcionar soluciones específicas a las
comunidades locales.
5.- De tal modo, la
última palabra entre el cambio climático y la seguridad alimentaria será
escrita no por expertos de la FAO sino por la población misma, cuyas vidas se
ven afectadas directamente y cuyas opciones determinarán si en su futuro podrán
lograr o no una mayor seguridad alimentaria.
GRUPO DE TRABAJO
INTERDEPARTAMENTAL DE LA FAO SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO
Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)
Viale delle Terme di
Caracalla
00153 Roma, Italia
Correo electrónico: climate-change@fao.org
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