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29 jun 2025

OBSERVACIONES AL PROCESO DE LA FORMULACIÓN DE LA POLITICA FORESTAL NACIONAL (PFN) LIDERADO POR EL INSTITUTO FORESTAL NACIONAL (INFONA) – JUNIO DEL 2025

Ing. Agr. (M.Sc.) (H.Cs) Alfredo S. Molinas M.; Como Asesor Agroambiental, como Ex ministro de Ambiente y Ex Ministro de Agricultura y Ganadería de Paraguay, Actualmente Asesor de la Presidencia de la Universidad San Carlos (USC), con la experiencia de haber ocupado responsabilidades públicas y de continuar trabajando por un desarrollo rural y forestal más inclusivo y sostenible, presento las siguientes observaciones al proceso de formulación de la Política Forestal Nacional (PFN), actualmente liderado por el Instituto Forestal Nacional (INFONA). Estas reflexiones se comparten con los visitantes de este blog con el propósito de promover un debate técnico y político constructivo, que permita fortalecer este instrumento estratégico para el país.

Hombre parado con un paraguas

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Ing. Alfredo Molinas, ex Ministro y promotor de la creación institucional del INFONA

I.- PROCESO DE ELABORACIÓN DE LA POLÍTICA FORESTAL NACIONAL (PFN) Y SUS LIMITACIONES

1.- Es innegable que los recursos forestales del Paraguay han sufrido un deterioro sostenido durante las últimas décadas. Paradójicamente, este proceso ha estado asociado tanto a la generación de riqueza y también incidiendo levemente a la reducción de la pobreza extrema en algunos lugares donde tuvieron a los recursos forestales como materias primas para crear productos comercializables como leña, carbón y madera.

2.- Sin embargo, las oportunidades reales de desarrollo en el campo no son tan efectivas como suelen reflejar los documentos institucionales. Una política forestal no puede centrarse exclusivamente en las plantaciones forestales como objetivo de largo plazo, sino que debe atender también a los propietarios de grandes extensiones de bosque nativo, quienes hoy las conservan sin recibir contraprestación o beneficio alguno por esa conservación.

3.- No debe olvidarse que el rol del INFONA no se limita a promover las plantaciones forestales. También debe trabajar activamente con los propietarios de bosques nativos, una línea de acción que, lamentablemente, hoy se encuentra ausente o débilmente reflejada en la propuesta de política actualmente en socialización.

4.- Una política que prioriza exclusivamente el fomento al sector privado se convierte, en la práctica, en un plan de acción privado más que en una política pública. Esta propuesta de política forestal omite abordar problemáticas estructurales urgentes, como los arreglos institucionales necesarios para que el sector opere con mayor seguridad jurídica, sin verse expuesto a extorsiones o intervenciones con fines recaudatorios.

5.- Los propietarios de tierras con cobertura boscosa deben ser consultados y tenidos en cuenta de forma central en este proceso. Son ellos quienes conservan, a su propio costo, superficies forestales que el país utiliza como imagen internacional de sostenibilidad. Su inclusión efectiva es esencial para asegurar la viabilidad y legitimidad de cualquier política forestal.

6.- Es importante recordar que este no es el primer intento de formular una política nacional forestal. A fines de los años 90, en particular en 1999, se conformó la Mesa Forestal Nacional, un espacio de diálogo multisectorial que permitió la elaboración participativa de los primeros “Delineamientos de la Política Forestal Nacional”. Posteriormente, durante mi gestión como Ministro de Agricultura y Ganadería en 2008, y con el liderazgo gremial de referentes como el Lic. Juan Carlos Altieri (entonces presidente de FEPAMA), se impulsó la promulgación de la Ley Nº 3464/2008, que creó al INFONA como ente rector del sector forestal.

II.- PRINCIPIOS RECTORES QUE DEBERÍA CONTEMPLAR LA PFN:

1.- Una política forestal nacional moderna, legítima y eficaz debe enmarcarse en principios rectores ampliamente reconocidos:

-        Sostenibilidad: equilibrio entre el uso racional de los recursos forestales y la protección de los ecosistemas, pensando en las generaciones futuras.

-        Valoración: incorporación de herramientas de valoración económica, ecológica y social de los bosques, tanto para orientar la inversión como para promover esquemas de compensación.

-        Concertación: diálogo y negociación institucionalizada entre todos los actores, incluyendo el sector productivo, comunidades, academia y gobiernos locales.

-        Participación: involucramiento efectivo de quienes gestionan el bosque y de quienes son afectados por las decisiones sobre su uso.

-        Descentralización: transferencia real de competencias y recursos a gobiernos subnacionales, especialmente en un país con marcada diversidad territorial.

-        Transparencia: acceso público a información clara, verificable y oportuna sobre la situación del sector y los avances de las políticas implementadas.

2.- Además, toda política sectorial debe ser evaluable y medible, incorporando criterios e indicadores de desempeño ambiental, económico y social. Su implementación debe permitir mejorar los ingresos y calidad de vida de quienes viven del bosque, promoviendo valor agregado, innovación y empleo.

3.- Esta propuesta de PFN carece de una mirada territorial diferenciada que permita adaptar las estrategias forestales a las realidades ecológicas, sociales y productivas de cada región del país. No es lo mismo hacer forestación en San Pedro que conservar bosques en el Chaco. Una política seria debe contener al menos lineamientos específicos para las principales regiones del país.

III.- ENFOQUE DESBALANCEADO HACIA LA CONSERVACIÓN

1.- Aunque el documento menciona objetivos productivos, hay un claro desequilibrio hacia enfoques conservacionistas dentro del documento.

2.- Expresiones tales como manejo sostenible, restauración, conectividad de áreas protegidas, servicios ecosistémicos, adaptación al cambio climático y similares son dominantes en un documento que debería promover incentivos y garantías concretas para los propietarios de bosques nativos o tierras productivas.

3.- Por ejemplo, en la Estrategia 2 “Gestión Integral de los Bosques” se hace más mención al uso del bosque como espacio dedicado a ecoturismo, restauración y conectividad de fragmentos, antes que a incentivos o aprovechamiento económico real de bosques nativos. Y tampoco se hace mención clara que apoyo existe para el privado que decida optar por el ecoturismo, restauración o conectividad.

4.- Se habla de beneficios por conservar o pagos por servicios ambientales. Sin embargo, no hay claridad sobre cómo ni con qué presupuesto se implementarán incentivos a propietarios conservadores de bosque nativo o a pequeños reforestadores de especies nativas que trabajan en el campo.

5.- Esta propuesta de política forestal ignora la urgencia de construir un sistema de incentivos reales, accesibles y sostenibles para los productores que cuidan el bosque o que desean invertir en forestación. No alcanza con “promover” instrumentos, hace falta diseñarlos y ejecutarlos.

6.- Nos parece que esta propuesta de PFN moldea al INFONA en una agenda ambiental de conservación, restauración, biodiversidad, cambio climático, etc., actividades que a nuestro parecer son de otros ministerios y no propiamente de una institución forestal. Esta duplicidad institucional que se podria dar en efecto no solo es jurídicamente controvertido, sino que desdibuja el objetivo original del INFONA que es el de promover el desarrollo forestal del país, no actuar como instituto de conservación.

7.- Además, se menciona los Objetivos de Desarrollo Sostenible, Acuerdo de París, NDC, biodiversidad y conservación ecológica, pero muy escasa alusión a leyes de inversión, derechos de uso, o promoción concreta de producción forestal. Lo cual parece más bien una política para agrado de la cooperación internacional antes que una política que sirva al productor en el día a día en el campo.

III.- NUESTRAS CONCLUSIONES A LAS OBSERVACIONES DEL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DE LA POLÍTICA FORESTAL NACIONAL (PFN):

1.- Seguimos con atención el proceso de formulación de la nueva PFN. Valoramos el esfuerzo por actualizar el marco estratégico del sector, pero consideramos que el proceso debe ser más representativo, más presencial y mejor articulado con los actores reales del territorio. Esta es una política sectorial y no una política general que puede expresar voluntades generales. En una política específica se debe ir más allá.

2.- Hemos identificado que algunos contenidos del borrador actual exceden el ámbito forestal, generando ambigüedades institucionales. Creemos que es necesario que se asegure su coherencia con las competencias legales de cada institución. Por lo cual es necesario advertir que se deben evitar duplicidades y contradicciones con otras políticas públicas vigentes.

3.- Consideramos que esta política forestal peca de ser ambiciosa en lo declarativo pero frágil en lo operativo. No establece una hoja de ruta clara, carece de mecanismos concretos de implementación y no define condiciones institucionales mínimas para su ejecución efectiva. Siendo una política sectorial específica, no puede adoptar un enfoque generalista ni difuso. Debe tener al sector forestal como eje central, con definiciones precisas y herramientas adaptadas a su realidad. De lo contrario, corre el riesgo de diluir su impacto real y convertirse en un compendio de buenas intenciones sin capacidad transformadora.

4- Reiteramos que una política forestal no puede construirse sin los productores, que son quienes transforman la política en acciones concretas. Sin su participación, cualquier estrategia será inviable o, peor aún, inaplicable.

5.- Un aspecto que merece ser considerado con mayor atención es la necesidad de fortalecer la autocrítica institucional en los procesos de formulación de políticas. En años anteriores, el INFONA impulsó con entusiasmo actividades participativas orientadas a la elaboración de un Plan Nacional de Restauración Forestal. Sin embargo, dicho proceso no logró consolidarse en un documento final y desapareció del radar, por lo que vemos que un nuevo intento de construcción estratégica de un documento gubernamental que sería valioso generar mayor confianza, asegurar consistencia y evitar que se repitan los errores del pasado. La credibilidad institucional se construye no solo con propuestas, sino con cumplimiento y continuidad.

6.- Por último, es más que necesario incluir entre las prioridades el fortalecimiento de la seguridad jurídica y la erradicación de prácticas discrecionales, garantizando que cualquier actuación en el campo se base en criterios técnicos, legales y transparentes. Ya que, en los últimos años, diversos actores del sector productivo han manifestado creciente preocupación por la proliferación de intervenciones en el territorio que no siempre responden a infracciones comprobadas ni al cumplimiento objetivo del marco legal forestal vigente, sino que en muchos casos son directamente amedrentamiento hacia los productores.

7.- Estamos dispuestos a colaborar activa y constructivamente. Aspiramos a una PFN equilibrada, técnicamente sólida, jurídicamente válida y legítimamente respaldada por quienes componen el sector forestal paraguayo.

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