Discurso del Ministro del Ambiente y Desarrollo Sostenible, Don Rolando de Barros Barreto, en Trigésima Conferencia de las Partes (COP30, Belén do Pará, Brasil).
Excelencias, distinguidas delegaciones,
En representación de la República del Paraguay, me
siento honrado de dirigirme a esta Conferencia.
Permítanme, ante todo, expresar nuestro agradecimiento
al Gobierno y al pueblo del Brasil por acoger esta COP en Belém do Pará, en el
corazón del Amazonas, símbolo de vida, diversidad y responsabilidad compartida.
Reconocemos el liderazgo de la Presidencia de la COP30
por conducir este proceso con visión y espíritu constructivo, en un momento
decisivo para la humanidad.
Paraguay es un país plenamente comprometido con la
acción climática. Somos un actor clave para la seguridad alimentaria y
energética regional: toda nuestra energía eléctrica proviene de fuentes limpias
y renovables, contamos con una vasta cobertura forestal y una fuerte conciencia
ambiental.
Sabemos que el camino no es sencillo, pero estamos
decididos a contribuir activamente en esta etapa de implementación del Acuerdo
de París, manteniendo vivo el objetivo de 1,5 0 C y promoviendo una
gobernanza climática basada en equidad, urgencia y ambición.
En este sentido, el Mutirão Global propuesto por la
Presidencia constituye una oportunidad valiosa para alinear esfuerzos y
articular iniciativas locales con los procesos de gobernanza internacional.
Nos sumamos a este llamado con la disposición de
aportar nuestra experiencia y capacidades.
Reafirmamos nuestro compromiso con el
multilateralismo, único marco legítimo para abordar una crisis que ningún país
puede enfrentar solo, y con la cooperación internacional, indispensable para
construir un futuro verde, solidario y próspero.
Asimismo, reiteramos la necesidad de implementar
medidas de protección ambiental rigurosas y justas, respetando el principio de
responsabilidades comunes pero diferenciadas y capacidades respectivas.
Ese principio se vincula directamente con el Artículo
2 de la Convención Marco, que nos recuerda el deber de estabilizar las
concentraciones de gases de efecto invernadero sin poner en riesgo la
producción de alimentos, el desarrollo económico ni el derecho al desarrollo de
los pueblos.
Paraguay llega a Belém con su NDC 3.0 y su Segunda
Comunicación de Adaptación, ambas alineadas con la ciencia y con el primer
Balance Global.
Apoyamos la Hoja de Ruta de Bakú y el desarrollo de
los indicadores del Marco Global de Adaptación, junto con el financiamiento, el
fortalecimiento de capacidades y las metodologías comunes necesarias para su
implementación. Avanzar en la Meta Global de Adaptación es una prioridad.
Sin embargo, la financiación disponible sigue siendo
insuficiente frente a la magnitud de los desafíos.
La COP30 debe avanzar hacia mecanismos de acceso más
simples, oportunos y directos, que permitan a los países en desarrollo recibir
fondos de manera efectiva y sin barreras administrativas.
Reafirmamos que el financiamiento climático es un
pilar esencial de la sostenibilidad económica, especialmente ante impactos
climáticos cada vez más severos. Instamos a capitalizar de manera efectiva el
Fondo de Pérdidas y Daños, garantizando recursos nuevos y sin incrementar el
endeudamiento.
Los países en desarrollo sin litoral, como Paraguay,
requieren un acceso ágil, predecible y equitativo a los fondos internacionales
para fortalecer su resiliencia y proteger a sus comunidades.
La transición justa nace en los territorios. No puede
reemplazar las decisiones nacionales, sino acompañarlas, respetando nuestras
historias y capacidades. Y no habrá transición justa sin los medios que la
hagan posible: financiamiento, tecnología y fortalecimiento humano.
Nuestra meta no es solo reducir emisiones: es proteger
vidas.
En Paraguay, la agricultura y la ganadería sostienen
comunidades locales y modos de vida. No aceptamos enfoques uniformes ni
presiones externas sobre nuestros modelos productivos.
La agenda climática debe ser transformadora e
inclusiva. Paraguay impulsa una acción que garantice la participación efectiva
de las comunidades rurales, las mujeres, los jóvenes y los pueblos indígenas.
Defendemos los derechos humanos y la protección
ambiental, bajo un enfoque de justicia climática.
Como testimonio de nuestro compromiso, Paraguay avanza
con hechos concretos:
•
Toda la energía
eléctrica proviene de fuentes limpias y renovables.
•
El 44 % del
territorio nacional está cubierto por bosques, y el 15 % corresponde a áreas
protegidas.
•
El 94 % de la
soja en la Región Oriental se produce sin deforestación, y somos uno de los
principales exportadores de carne bovina basada en pasturas naturales.
•
Nuestro Primer
Informe Bienal de Transparencia (BT R) reporta una reducción del 43 % de las
emisiones respecto a la Cuarta Comunicación Nacional.
•
Paraguay sigue
ampliando su participación en los mercados de carbono con enfoque de integridad
ambiental.
La Tierra es nuestra herencia común. Por ello, la República del
Paraguay considera indispensable garantizar la participación de todos los
Estados comprometidos con los objetivos y principios de la Convención y de su
Acuerdo de París. En tal sentido, entiende que la República de China (Taiwán) contribuye
activamente al cumplimiento de dichos objetivos, guiada por un espíritu de
cooperación y un firme compromiso con las generaciones presentes y futuras.
Conscientes de que la acción frente al cambio climático constituye una
responsabilidad colectiva de toda la humanidad, no pueden pasarse por alto los
aportes significativos de Taiwán en materia de mitigación y adaptación a los
efectos del fenómeno. Su continua exclusión relega injustamente a sus más de 23
millones de ciudadanos, debilitando la legitimidad de las instituciones y
contraviniendo los valores fundamentales que inspiran el multilateralismo y la
cooperación global.
En virtud de lo anterior, el Paraguay solicita la inclusión de Taiwán
en los trabajos y deliberaciones a desarrollarse en el ámbito de la Conferencia
de las Partes, a fin de garantizar una participación verdaderamente inclusiva
en los mecanismos y negociaciones de la Convención.
Excelencias,
Si actuamos con responsabilidad colectiva y sentido de urgencia,
aseguraremos a las próximas generaciones un mundo más justo, resiliente y en
paz con la naturaleza.
iEse es el sentido profundo de nuestra presencia aquí! ¡iEse es el
compromiso que hoy renovamos!
Muchas gracias.
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