26 jun 2013

ABC - DIARIO

26 de Junio de 2013

 

Deforestación Cero

Lamentablemente, nos vemos obligados a insistir sobre el proyecto de ley de Deforestación Cero presentado por el diputado David Ocampos (Unace) y aprobado por la Cámara de Diputados, lo que significa que el citado proyecto pasa a la Cámara de Senadores para su estudio.
Hace unos treinta años, cuando comenzaron a entrar en el Este del país colonos brasileños –una inmigración valiosísima–, comenzó la deforestación de decenas de miles de hectáreas de bosques naturales del Alto Paraná, que con el tiempo se fueron transformando en sojales.
Decimos valiosísima inmigración porque los colonos eran agricultores con espíritu de trabajo, conocimiento, capital y maquinarias, que ingresaban a un país que tenía sus fronteras totalmente desguarnecidas, tal como siguen hasta hoy gran parte de ellas. Estos colonos son actualmente unas 350.000 personas, la mayoría de las cuales con nacionalidad paraguaya y con hijos y nietos nacidos aquí, que cierta gente se empeña en llamar extranjeros. Estos hombres y mujeres son tan paraguayos como nosotros, porque nosotros también somos hijos de inmigrantes que aprendieron la lengua de los indígenas. El Paraguay es un caso raro en el mundo porque la cultura indígena absorbió a la cultura europea, cuando que normalmente tendría que haber sido lo contrario. Por esa absorción, nosotros nos creemos –y con razón– que somos de raza guaraní.
Hasta la llegada de esta inmigración, nuestra agricultura era pobrísima, y hoy, mecanizada –atacada por algunos–, nos permite un enorme ingreso de divisas y hasta creemos poder decir que los brasileños nos enseñaron a cultivar la tierra con provecho. Desgraciadamente, el avance de la producción agrícola significó la desaparición de decenas de miles de hectáreas de bosques, por obra y gracia de los colonos brasileños y, también, de paraguayos que copiaron la agricultura mecanizada utilizada por los primeros.
La deforestación de unas 30.000 hectáreas en la Región Oriental realizada últimamente tocó las fibras íntimas de un diputado, que terminó presentando un proyecto de ley de deforestación cero. Este proyecto de ley es solo para la Región Oriental. ¿Y el Chaco? Hasta parece mentira que el autor del mismo se haya olvidado de la Región Occidental.
En el Chaco, señores diputados y senadores, el problema de la deforestación presenta exactamente las mismas características que lo ocurrido hace una treintena de años en el Este del país. Colonos brasileros, ahora ganaderos, con la misma fe de aquellos de entonces, espíritu de trabajo, conocimiento, capital, maquinarias, casas prefabricadas, bombas y tuberías, tractores gigantescos arrastrando cadenas, están deforestando, en el Noreste, bosques chaqueños para implantar pasturas artificiales a razón de la terrorífica cifra de 1.000 a 1.200 hectáreas por día, y el Estado paraguayo –léase Secretaría del Ambiente (Seam)– no ve el problema y, por lo visto, ignora que se está corriendo el riesgo de desequilibrar el medio ambiente de esa zona, abriendo la posibilidad de desertizar nuestra tierra.
Señores senadores, que ahora van a estudiar el proyecto de ley al que nos referimos, sugerimos que ustedes lo modifiquen de modo que se incluya también a la Región Occidental. Esta modificación, dadas las circunstancias, es un imperativo nacional.
hcsosa@click.com.py

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Medio Ambiente

El medio ambiente debe ser considerado como parte integral y armónica del conjunto de tareas que garanticen el desarrollo sostenible de un país como Paraguay (Molinas 2006).

El problema de la sostenibilidad es en el fondo un problema de desarrollo, de erradicación de la pobreza, de educación colectiva, de mentalidad y hábitos sociales, de cultura política, de mecanismos institucionales que incorporen la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones, de nuevas formas de producir y de consumir, de equidad y cooperación en las relaciones internacionales, se trata, en suma, de colocar al ser humano en el centro de nuestras preocupaciones, porque si las personas no están protegidas, la naturaleza tendrá, entonces, pocas oportunidades.

Para avanzar verdaderamente hacia el desarrollo sostenible debemos asumir nuestra responsabilidad local con enfoque global en la lucha que la humanidad esta encarando por preservar en el largo plazo los ciclos vitales de la vida de los que depende la existencia misma del ser humano sobre la tierra, debemos hacer un esfuerzo local con perspectiva global (Molinas 2008).

Anuncio Ing. Alfredo Molinas