21 de Diciembre, 2013 |
Nacionales GRAVE CONTAMINACIÓN
Asunción arroja 3,2 millones de litros de residuos por hora al río
Solo Asunción arroja a la corriente del Río Paraguay
3,2 millones de litros de basura cloacal e industrial cada hora sin
ningún tipo de procesamiento, según dijo Osmar Sarubbi, presidente de la
Essap.
Solo Asunción arroja a su corriente 3,2 millones de litros de basura
cloacal e industrial cada hora sin ningún tipo de procesamiento, según
dijo a Efe Osmar Sarubbi, presidente de la Empresa de Servicios
Sanitarios del Paraguay (Essap).
La capital de Paraguay, cuya área metropolitana, con más de 2,6
millones de personas, es el mayor núcleo demográfico bañado por el río, y
también su mayor agente pestilente, pues todos sus desperdicios
cloacales van directamente a sus aguas.
La degradación del río es también común a su paso por Brasil, su lugar
de nacimiento, desde donde recorre 2.625 kilómetros que le llevan por
Bolivia, Paraguay y Argentina.
Elías Díaz, hidrólogo y coordinador del grupo ecologista paraguayo
Sobrevivencia, citó en especial la contaminación generada en las
ciudades brasileñas de Corumbá (unos 100.000 habitantes), y Cuiabá (con
algo más de medio millón), asentada sobre el río del mismo nombre, que
es afluente del Paraguay.
El río recibe una nueva carga de desperdicios en la urbe argentina de
Formosa (unos 230.000 habitantes), que, como las dos anteriores, adolece
de un sistema de tratamiento de los efluentes cloacales, que son
expulsados en crudo al río.
"Tiran todos sus desechos cloacales sin tratamiento al río Paraguay.
Entonces tenemos mucha carga de contaminantes", dijo a Efe Díaz.
Otras 12 vertientes evacúan las descargas de la ciudad directamente en la corriente principal del río, según Sarubbi.
"La mayoría son desperdicios domésticos e industriales, que por ley
deberían ser tratados. Pero lo cierto es que no hay plantas de
tratamiento", dijo Sarubbi.
La situación se repite en el lago Ypacarai, una de las "postales" de
Paraguay y uno de los lugares de veraneo de la capital, a unos 50
kilómetros.
Los veraneantes tampoco podrán disfrutar está temporada del lago,
conectado con el Paraguay por el río Salado, ya que las autoridades
locales han prohibido su uso recreativo tras la invasión de
cianobacterias, unas algas originadas por los vertidos de los mataderos y
empresas de curtientes.
Sarubbi indicó que la situación mejorará en Asunción con la
construcción de su primera planta de tratamiento, que costará 85
millones de dólares, En enero se abrirá la licitación para su fase
inicial, indicó.
"Sería la primera de un total de cuatro plantas para el Gran Asunción
que estarían funcionando en cuatro años y tendrán un presupuesto de 584
millones de dólares".
Según Sarubbi, con esas plantas en funcionamiento se trataría hasta un
98 por ciento de las aguas cloacales que el Asunción metropolitano
arroja al río Paraguay.
"Es una necesidad arrastrada desde hace veinte años y estamos pagando
las consecuencias con la contaminación de los acuíferos", dijo Sarabbi,
que añadió que para 2014 está previsto que se eliminen los cuatro
colectores que desembocan en la bahía.
Pese a la polución, el río Paraguay sigue siendo el principal
abastecedor del agua consumida en Asunción, lo que se explica gracias a
sus humedales, que funcionan como filtros descontaminantes.
"Ejercen como tratamiento natural, son un elemento purificador,
procesadores biológicos de la contaminación y la principal garantía para
mantener la calidad de agua del río", dijo Díaz.
La cuenca del Paraguay tiene, desde su desembocadura en el Paraná, que
le adentra en Argentina, más de un millón de kilómetros cuadrados de
superficie, el 30 por ciento de los cuales son humedales.
Sin embargo, Díaz alertó sobre su constante deterioro, amenazados por
la deforestación y el drenaje para la habilitación de tierras agrícolas.
"El ecosistema de Cerrado, en el Mato Grosso, y el Pantanal del Alto
Paraguay, están siendo transformados en campos para el cultivo de arroz y
soja, para lo cual se utilizan químicos tóxicos" que terminan en el
río, indicó.
El Pantanal, repartido entre el sur de Brasil, Paraguay y norte de
Bolivia, está considerado el ecosistema de humedad tropical más grande
del mundo.
"Los humedales son los pulmones del río. Sin ellos el río se muere", dijo Díaz.
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