Ing. Agr. (M.Sc.) (H.Cs) Alfredo S. Molinas M.; Como
Asesor Agroambiental, como Ex ministro de Ambiente y Ex Ministro de Agricultura
y Ganadería de Paraguay, Actualmente Asesor de la Presidencia de la Universidad
San Carlos (USC), hemos visto la necesidad de plantear “NEUTRALIDAD GLOBAL DE
CARBONO – QUE SIGNIFICA MAS ALLÁ DE LAS EMISIONES JUNIO DEL 2025”; cuyas
consideraciones técnicas ponemos a consideración de los visitantes de este BLOG
para el debate y su discusión del material investigado.
NEUTRALIDAD GLOBAL DE CARBONO
En las últimas décadas la discusión científica sobre
cambio climático es más que evidente y necesaria, pero en paralelo hay
cuestiones técnicas que avanzan en desafíos cada vez más citados y uno de ellos
es cuando se habla de carbono neutralidad. Pero ¿qué significa realmente esto y
cómo puede impactar a Paraguay?
I. QUÉ ES LA NEUTRALIDAD DE CARBONO
En las discusiones que se dan en el tema de cambio
climático la neutralidad de carbono significa lograr un equilibrio entre lo que
emitimos de gases de efecto invernadero y lo que podemos capturar o absorber
naturalmente. Sería el equivalente a tener un balance de emisiones donde lo que
sale (emisiones) debe ser igual a lo que entra (absorciones).
Existen múltiples caminos para alcanzar ese
equilibrio. Aquí destacamos tres principales:
·
Reducir emisiones: mediante energías limpias, eficiencia energética
y mejoras en procesos industriales.
·
Compensar lo que no
se puede evitar: a través de
proyectos de reforestación, manejo de suelos o tecnologías de captura de
carbono.
·
Aprovechar la
absorción natural: los bosques, los
suelos y otros ecosistemas funcionan como “sumideros” naturales que capturan
CO₂ de la atmósfera.
II. CIRCUNSTANCIAS DE PARAGUAY
Aunque Paraguay tiene una de las matrices eléctricas
más limpias del mundo (gracias a Itaipú y Yacyretá), todavía tiene tareas
pendientes en sectores como el transporte, la industria y la agricultura.
La oportunidad está en:
- Aprovechar
nuestros bosques como sumideros de carbono, con esquemas de pagos por
servicios ambientales bien diseñados.
- Fomentar
la electromovilidad urbana y logística verde.
- Aplicar
buenas prácticas agropecuarias que aumenten la eficiencia, reduzcan
emisiones por producto y aumenten los sumideros del suelo.
III. PARAGUAY ANTE ESTE DESAFÍO: ¿REALISMO O AMBICIÓN
CLIMÁTICA INNECESARIA?
Paraguay ocupa una posición particular dentro del
escenario climático global. Sus emisiones representan apenas el 0,07% del total
mundial, lo que pone en duda la eficacia global de que el país asuma
compromisos de carbono neutralidad a corto plazo.
Sin embargo, las presiones externas, comerciales,
financieras y diplomáticas son cada vez más intensas, y con ellas crece el
debate en ciertos espacios públicos y privados en donde se plantean si debemos
asumir metas climáticas ambiciosas, o es más sensato priorizar un enfoque
gradual, adaptado a nuestras circunstancias.
Adoptar compromisos sin respaldo técnico, económico o
político puede generar más riesgos que beneficios, desde perder competitividad
internacional hasta imponer limitaciones innecesarias a la producción nacional.
Pero al mismo tiempo, y principalmente debido a las
grandes agencias de financiamiento de las cuales Paraguay toma varios créditos
año tras años, esto puede ver como quedarse al margen de las políticas que
estos promueven y quedar fuera de espacios que promueven la neutralidad global
dentro de los mercados y comercio internacional.
Un caso especialmente complejo es el de la ganadería, que
es uno de los sectores que dinamizan la económica del país y que según el
inventario de gases de efecto invernadero es uno de los mayores emisores de
metano. Alcanzar la neutralidad de carbono en este sector es, por ahora, casi
una utopía. Las emisiones son intrínsecas al proceso biológico del ganado, y
aunque existen estrategias de mitigación, como mejorar la eficiencia por unidad
de carne o carbono secuestrado en pasturas, los márgenes son limitados.
Por ejemplo, pretender que este sector ganadero alcance
emisiones netas cero sin afectar la productividad o la competitividad
internacional puede ser técnicamente inviable y políticamente insostenible y
tener un impacto grave en la economía del país.
Lo que Paraguay necesita no es asumir compromisos por
presión, sino construir una estrategia climática realista, basada en evidencia
científica, adaptada al contexto nacional y orientada a:
- proteger
la producción nacional,
- atraer
inversiones sostenibles, y
- mejorar
la resiliencia ante los efectos del cambio climático.
Avanzar hacia una economía baja en carbono no es un
camino automático. Exige planificación, análisis de impactos y coordinación
entre sectores público y privado. Sin una hoja de ruta clara, los compromisos
climáticos podrían generar más trabas que soluciones.
Por otro lado, para algunos desaprovechar la
posibilidad de acceder a financiamiento verde, captación de inversiones o
mejoras en la imagen país también representa una pérdida importante.
En este contexto, Paraguay debe considerar varios
factores, pero el principal cualquiera sea el camino que se decida es la necesidad
de datos y sistemas de medición confiables, ya que muchas decisiones futuras
dependerán de la capacidad del país para demostrar con evidencia sus avances,
su balance de emisiones y sus capacidades de absorción.
En una global donde consideramos que muchos países
prometen más de lo posible, en los escenarios presentan los mejores planes pero
que en sus países nadie los conoce, justamente la clave está en hacer bien lo
que realmente podemos hacer: medir con precisión, mejorar progresivamente y
construir una narrativa climática propia a las circunstancias de Paraguay, que
tena una responsabilidad social y económica responsable y creíble.
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