3 jun 2025

NEUTRALIDAD GLOBAL DE CARBONO – QUE SIGNIFICA MAS ALLÁ DE LAS EMISIONES JUNIO DEL 2025

Ing. Agr. (M.Sc.) (H.Cs) Alfredo S. Molinas M.; Como Asesor Agroambiental, como Ex ministro de Ambiente y Ex Ministro de Agricultura y Ganadería de Paraguay, Actualmente Asesor de la Presidencia de la Universidad San Carlos (USC), hemos visto la necesidad de plantear “NEUTRALIDAD GLOBAL DE CARBONO – QUE SIGNIFICA MAS ALLÁ DE LAS EMISIONES JUNIO DEL 2025”; cuyas consideraciones técnicas ponemos a consideración de los visitantes de este BLOG para el debate y su discusión del material investigado.

Qué es el carbono neutral?

NEUTRALIDAD GLOBAL DE CARBONO

En las últimas décadas la discusión científica sobre cambio climático es más que evidente y necesaria, pero en paralelo hay cuestiones técnicas que avanzan en desafíos cada vez más citados y uno de ellos es cuando se habla de carbono neutralidad. Pero ¿qué significa realmente esto y cómo puede impactar a Paraguay?

I. QUÉ ES LA NEUTRALIDAD DE CARBONO

En las discusiones que se dan en el tema de cambio climático la neutralidad de carbono significa lograr un equilibrio entre lo que emitimos de gases de efecto invernadero y lo que podemos capturar o absorber naturalmente. Sería el equivalente a tener un balance de emisiones donde lo que sale (emisiones) debe ser igual a lo que entra (absorciones).

Existen múltiples caminos para alcanzar ese equilibrio. Aquí destacamos tres principales:

·       Reducir emisiones: mediante energías limpias, eficiencia energética y mejoras en procesos industriales.

·       Compensar lo que no se puede evitar: a través de proyectos de reforestación, manejo de suelos o tecnologías de captura de carbono.

·       Aprovechar la absorción natural: los bosques, los suelos y otros ecosistemas funcionan como “sumideros” naturales que capturan CO₂ de la atmósfera.

II. CIRCUNSTANCIAS DE PARAGUAY

Aunque Paraguay tiene una de las matrices eléctricas más limpias del mundo (gracias a Itaipú y Yacyretá), todavía tiene tareas pendientes en sectores como el transporte, la industria y la agricultura.

La oportunidad está en:

  • Aprovechar nuestros bosques como sumideros de carbono, con esquemas de pagos por servicios ambientales bien diseñados.
  • Fomentar la electromovilidad urbana y logística verde.
  • Aplicar buenas prácticas agropecuarias que aumenten la eficiencia, reduzcan emisiones por producto y aumenten los sumideros del suelo.

III. PARAGUAY ANTE ESTE DESAFÍO: ¿REALISMO O AMBICIÓN CLIMÁTICA INNECESARIA?

Paraguay ocupa una posición particular dentro del escenario climático global. Sus emisiones representan apenas el 0,07% del total mundial, lo que pone en duda la eficacia global de que el país asuma compromisos de carbono neutralidad a corto plazo.

Sin embargo, las presiones externas, comerciales, financieras y diplomáticas son cada vez más intensas, y con ellas crece el debate en ciertos espacios públicos y privados en donde se plantean si debemos asumir metas climáticas ambiciosas, o es más sensato priorizar un enfoque gradual, adaptado a nuestras circunstancias.

Adoptar compromisos sin respaldo técnico, económico o político puede generar más riesgos que beneficios, desde perder competitividad internacional hasta imponer limitaciones innecesarias a la producción nacional.

Pero al mismo tiempo, y principalmente debido a las grandes agencias de financiamiento de las cuales Paraguay toma varios créditos año tras años, esto puede ver como quedarse al margen de las políticas que estos promueven y quedar fuera de espacios que promueven la neutralidad global dentro de los mercados y comercio internacional.

Un caso especialmente complejo es el de la ganadería, que es uno de los sectores que dinamizan la económica del país y que según el inventario de gases de efecto invernadero es uno de los mayores emisores de metano. Alcanzar la neutralidad de carbono en este sector es, por ahora, casi una utopía. Las emisiones son intrínsecas al proceso biológico del ganado, y aunque existen estrategias de mitigación, como mejorar la eficiencia por unidad de carne o carbono secuestrado en pasturas, los márgenes son limitados.

Por ejemplo, pretender que este sector ganadero alcance emisiones netas cero sin afectar la productividad o la competitividad internacional puede ser técnicamente inviable y políticamente insostenible y tener un impacto grave en la economía del país.

Lo que Paraguay necesita no es asumir compromisos por presión, sino construir una estrategia climática realista, basada en evidencia científica, adaptada al contexto nacional y orientada a:

  • proteger la producción nacional,
  • atraer inversiones sostenibles, y
  • mejorar la resiliencia ante los efectos del cambio climático.

Avanzar hacia una economía baja en carbono no es un camino automático. Exige planificación, análisis de impactos y coordinación entre sectores público y privado. Sin una hoja de ruta clara, los compromisos climáticos podrían generar más trabas que soluciones.

Por otro lado, para algunos desaprovechar la posibilidad de acceder a financiamiento verde, captación de inversiones o mejoras en la imagen país también representa una pérdida importante.

En este contexto, Paraguay debe considerar varios factores, pero el principal cualquiera sea el camino que se decida es la necesidad de datos y sistemas de medición confiables, ya que muchas decisiones futuras dependerán de la capacidad del país para demostrar con evidencia sus avances, su balance de emisiones y sus capacidades de absorción.

En una global donde consideramos que muchos países prometen más de lo posible, en los escenarios presentan los mejores planes pero que en sus países nadie los conoce, justamente la clave está en hacer bien lo que realmente podemos hacer: medir con precisión, mejorar progresivamente y construir una narrativa climática propia a las circunstancias de Paraguay, que tena una responsabilidad social y económica responsable y creíble.

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Medio Ambiente

El medio ambiente debe ser considerado como parte integral y armónica del conjunto de tareas que garanticen el desarrollo sostenible de un país como Paraguay (Molinas 2006).

El problema de la sostenibilidad es en el fondo un problema de desarrollo, de erradicación de la pobreza, de educación colectiva, de mentalidad y hábitos sociales, de cultura política, de mecanismos institucionales que incorporen la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones, de nuevas formas de producir y de consumir, de equidad y cooperación en las relaciones internacionales, se trata, en suma, de colocar al ser humano en el centro de nuestras preocupaciones, porque si las personas no están protegidas, la naturaleza tendrá, entonces, pocas oportunidades.

Para avanzar verdaderamente hacia el desarrollo sostenible debemos asumir nuestra responsabilidad local con enfoque global en la lucha que la humanidad esta encarando por preservar en el largo plazo los ciclos vitales de la vida de los que depende la existencia misma del ser humano sobre la tierra, debemos hacer un esfuerzo local con perspectiva global (Molinas 2008).

Anuncio Ing. Alfredo Molinas