25 jul 2025

ARCHIVO DE DISCUSIÓN PUNTOS OBSERVADOS SOBRE EL DOCUMENTO “ESTRATEGIA DE FINANCIAMIENTO VERDE PARA SECTOR AFOLU”

Ing. Agr. (M.Sc.) (H.Cs) Alfredo S. Molinas M.; Como Asesor Agroambiental, como Ex ministro de Ambiente y Ex Ministro de Agricultura y Ganadería de Paraguay, Actualmente Asesor de la Presidencia de la Universidad San Carlos (USC), queremos compartir con los lectores del blog un documento preparado hace unos meses en donde habíamos analizado un documento denominado ESTRATEGIA DE FINANCIAMIENTO VERDE PARA SECTOR AFOLU.

 



I.- OBSERVACIONES TÉCNICAS GENERALES

1.- Separación con la realidad nacional productiva

El documento no parece considerar de pleno las condiciones potenciales y sus limitaciones específicas del sector productivo en Paraguay, como ejemplo especialmente en cuanto a los costos y viabilidad económica de las medidas propuestas para agricultores y ganaderos. Esta falta de análisis más realista o poco de la realidad nacional sobre cómo estas estrategias afectarán la rentabilidad de los productores podría llevar a su fracaso práctico.

2.- Enfoque excesivamente teórico y burocrático

La estrategia planteada describe múltiples ejes y líneas de acción, pero carece totalmente y no tiene una hoja de ruta clara de implementación. Por lo que es una estrategia totalmente teórica que parte de presuntos y supuestos que en la realidad es muy burocrático y no son aplicables a la realidad en el terreno. Además, en un contexto donde la capacidad institucional del propio sector público es limitada.

3.- Falta de mecanismos de apoyo financieros claros

Aunque se menciona la necesidad de financiamiento verde, el documento no proporciona detalles sobre incentivos específicos o accesibles para pequeños y medianos productores del sector productivo. O sea, se habla de financiamiento, pero no se dice donde están esos fondos. Los productores organizados y no organizados hace años vienen escuchando este tipo de planes y estrategias y que hasta el momento no existe apoyo en la implementación real y menos un acceso a créditos o financiamientos verdes.

4.- Ausencia de criterios de sostenibilidad económica

Las acciones propuestas priorizan más bien los objetivos ambientales sin establecer claramente cómo se alinean con la sostenibilidad económica y productiva del país. Una estrategia efectiva debería equilibrar los objetivos ambientales con los del crecimiento económico y la competitividad de los sectores agricultura, ganadería, silvicultura y otros usos de la tierra, para que esta estrategia sea viable a corto, mediano y por supuesto a largo plazo.

5.- Dependencia en fondos internacionales inciertos

Gran parte del éxito de la estrategia parece depender de la obtención de financiamiento internacional, pero de antemano impone condiciones para los productores. Se siguen creando nuevos condicionamientos y nadie aborda el tema de la falta de estos fondos y si llegan quedan en las instituciones y permean al productor en el campo.

6.- Desbalance entre adaptación y mitigación

La estrategia parece inclinarse excesivamente hacia la mitigación de emisiones, mientras que el contexto de Paraguay sugiere que las acciones de adaptación son equivalentemente necesarias para proteger la producción agropecuaria de los eventos climáticos extremos que ya están afectando al país.

7.- Deficiencias en las consulta a actores del sector productivo

El documento no incluye evidencia de una consulta significativa y representativa a los productores, quienes serán los principales afectados por las medidas que propone esta estrategia.

II.- DESARROLLO DE ALGUNAS DE LAS OBSERVACIONES TÉCNICAS GENERALES

1.- Desconexión con la Realidad Productiva

a.)   Falta de análisis de viabilidad económica para los productores

El documento “Esta Estrategia de Financiamiento Verde para sector AFOLU” presenta una serie de propuestas y objetivos ambientales que, aunque ambiciosos, no consideran adecuadamente los costos y la viabilidad económica para el sector agropecuario y ganadero en Paraguay.

En un contexto productivo como el paraguayo, es esencial equilibrar los objetivos de sostenibilidad ambiental con los de rentabilidad económica, especialmente para pequeños y medianos productores que operan con márgenes de ganancia reducidos.

Al carecer de un análisis detallado sobre los costos operativos de implementar estas medidas, la estrategia se desconecta de las capacidades financieras de los productores, lo cual podría hacer impracticables muchas de las acciones propuestas.

b.)   Desconocimiento de las condiciones socioeconómicas del sector

El sector agropecuario y ganadero de Paraguay enfrenta desafíos específicos en cuanto a financiamiento, acceso a tecnologías y capacidad de adaptación. Sin embargo, el documento no parece reflejar un entendimiento profundo de estas condiciones.

Se requiere una mayor adaptación de la estrategia a la realidad socioeconómica de los productores para que sea verdaderamente efectiva. La falta de enfoque en estas condiciones implica que las propuestas, como la adopción de nuevas tecnologías y prácticas sostenibles, no solo son difíciles de implementar, sino que también podrían reducir la competitividad del sector en el mercado global si no se manejan cuidadosamente.

c.)    Imposición de medidas sin considerar la adaptabilidad del sector

En lugar de ofrecer recomendaciones que puedan integrarse gradualmente en las prácticas productivas actuales, el documento parece imponer metas, condiciones y nuevos requisitos sin un proceso adaptativo que permita una transición sostenible. No existe pruebas de estudios o análisis que demuestren que esta estrategia podria tener un éxito real

d.)   Riesgo de afectación negativa en la rentabilidad y competitividad del sector

Al enfocarse en medidas estrictas de financiamiento verde y sostenibilidad, la estrategia puede afectar la competitividad del sector si no toma en cuenta la rentabilidad. En sectores clave como la agricultura y la ganadería, es fundamental mantener la capacidad de los productores para competir en mercados internacionales, donde el precio es un factor crítico. Una implementación de políticas que priorice exclusivamente la sostenibilidad ambiental, sin un respaldo económico sólido, puede debilitar a los productores paraguayos frente a sus competidores.

2.- Enfoque excesivamente teórico y burocrático

a.)   Complejidad sin concreción en la ejecución

La abundancia de términos técnicos y conceptos abstractos hace que el documento sea difícil de aplicar de forma concreta. Los productores y actores del sector necesitan una guía directa y sencilla sobre cómo ejecutar las recomendaciones en su día a día y una estrategia sin un enfoque práctico y simplificado puede convertirse en un documento más de consulta teórica, y puede resultar difícil de aplicar en el contexto del sector productivo paraguayo.

b.)   Carencia de metas medibles y objetivos concretos

El enfoque teórico del documento es evidente en la falta de indicadores específicos y objetivos cuantificables que permitan evaluar el éxito de las acciones propuestas. Sin metas claras y medibles, resulta difícil monitorear los avances y ajustar la estrategia según los resultados obtenidos. Esto crea un vacío en la responsabilidad y transparencia de la estrategia, ya que no establece parámetros definidos para medir su efectividad o áreas de mejora.

c.)    Exceso de dependencia en conceptos internacionales sin adaptación local

El documento se basa en muchos conceptos y marcos de financiamiento climático internacionales sin adaptarlos adecuadamente a las realidades de Paraguay. Aunque la adopción de estos estándares puede ser útil, una estrategia que aplique enfoques internacionales de manera directa y sin contextualización puede generar medidas y procedimientos burocráticos que no sean compatibles con la capacidad operativa local.

d.)   Desbalance entre planificación y acción

La estrategia dedica una cantidad significativa de espacio a la planificación y la coordinación entre diferentes organismos y entidades, pero no se enfoca lo suficiente en la ejecución de acciones concretas y tangibles.

3.- Falta de consulta a actores del sector productivo:

a.)   Ausencia de representatividad de los productores en el proceso de planificación

El documento parece haberse elaborado sin la participación activa de los actores clave del sector productivo, como agricultores, ganaderos, cooperativas y gremios agropecuarios, quienes poseen un conocimiento práctico y directo de los desafíos y oportunidades en el terreno.

La falta de consulta con estos actores reduce la representatividad de la estrategia, pues se pierde la perspectiva de quienes serán los principales afectados e implementadores de las acciones propuestas.

b.)   Desconocimiento de las necesidades y limitaciones de los productores

Sin la consulta a los productores, es probable que la estrategia subestime o desconozca las limitaciones económicas, técnicas y operativas que enfrentan en el día a día. Por ejemplo, implementar prácticas sostenibles requiere conocimientos específicos, tecnología y, en muchos casos, financiamiento, que no siempre están disponibles para los pequeños y medianos productores.

c.)    Falta de adaptación de las acciones a la diversidad del sector productivo

El sector agropecuario y ganadero es diverso y comprende una gran variedad de productores, desde pequeños agricultores hasta grandes empresas, con diferentes capacidades y necesidades. Sin una consulta a estos actores, la estrategia tiende a adoptar un enfoque general que puede no ajustarse a las realidades de cada segmento.

d.)   Escasa alineación entre las prioridades del sector y los objetivos de la estrategia

El sector productivo tiene prioridades clave, como la rentabilidad, la competitividad y la estabilidad frente a riesgos climáticos. Sin embargo, al no consultar a los actores de este sector, la estrategia podría estar imponiendo objetivos que no se alinean con sus intereses o necesidades.

e.)    Riesgo de incompatibilidad entre las medidas propuestas y las prácticas productivas

El documento puede estar proponiendo medidas de sostenibilidad que resulten difíciles de implementar para los productores debido a su falta de consulta en la fase de planificación. Por ejemplo, ciertas prácticas sostenibles pueden no ser compatibles con los ciclos de producción o los recursos disponibles en cada tipo de explotación.

Sin el conocimiento detallado de las prácticas y limitaciones locales, la estrategia corre el riesgo de imponer exigencias que choquen con las prácticas productivas actuales, generando conflictos y desmotivación en el sector.

III.- CONCLUSION GENERAL

Los pequeños y medianos productores, que representan una parte significativa de la producción agrícola en naciones como Paraguay, enfrentan un desafío considerable al tratar de cumplir con los criterios de financiamiento verde. Estos criterios a menudo implican costos significativos, inversiones en tecnología y la adopción de certificaciones que no están adaptadas a las realidades de muchos países en desarrollo. Como resultado, un número significativo de productores queda excluido del acceso a financiamiento y de la participación en mercados que valoran la sostenibilidad.

La situación se complica aún más si ya existen otras iniciativas como la Taxonomía Verde, que cumple una función similar y, sin embargo, se superpone con las nuevas estrategias de financiamiento verde. Este tipo de redundancia no solo crea confusión, sino que también sobrecarga el sistema con procesos administrativos innecesarios y complejos. El tiempo y los recursos que los productores necesitan para gestionar esta carga administrativa pueden disuadirlos de participar en programas de financiamiento que, en teoría, deberían apoyarles.

Además, los criterios de estas estrategias están a menudo basados en estándares internacionales que no consideran las realidades locales. Esto dificulta que los proyectos en países en desarrollo cumplan con los requisitos necesarios para acceder al financiamiento, especialmente aquellos que provienen de prácticas agrícolas tradicionales. La desconexión entre los modelos de producción locales y los criterios de sostenibilidad impuestos puede significar la exclusión de muchos productores del acceso a fondos, lo que refuerza un ciclo de desigualdad y concentración de recursos en manos de grandes productores que sí tienen la capacidad de adaptarse.

En conclusión, aunque las estrategias de financiamiento verde son fundamentales para un futuro sostenible, su implementación debe considerar las realidades locales y evitar cargas innecesarias que limiten el desarrollo y el acceso al financiamiento de pequeños y medianos productores.


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Medio Ambiente

El medio ambiente debe ser considerado como parte integral y armónica del conjunto de tareas que garanticen el desarrollo sostenible de un país como Paraguay (Molinas 2006).

El problema de la sostenibilidad es en el fondo un problema de desarrollo, de erradicación de la pobreza, de educación colectiva, de mentalidad y hábitos sociales, de cultura política, de mecanismos institucionales que incorporen la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones, de nuevas formas de producir y de consumir, de equidad y cooperación en las relaciones internacionales, se trata, en suma, de colocar al ser humano en el centro de nuestras preocupaciones, porque si las personas no están protegidas, la naturaleza tendrá, entonces, pocas oportunidades.

Para avanzar verdaderamente hacia el desarrollo sostenible debemos asumir nuestra responsabilidad local con enfoque global en la lucha que la humanidad esta encarando por preservar en el largo plazo los ciclos vitales de la vida de los que depende la existencia misma del ser humano sobre la tierra, debemos hacer un esfuerzo local con perspectiva global (Molinas 2008).

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