11 abr 2010

POBREZA RURAL


La Pobreza Agro-Rural y el Acceso a la Tierra:

El crecimiento demográfico sigue ubicando al Paraguay entre los más altos de América Latina, la tasa de fecundidad en el área rural paraguayo se mantiene con seis hijos por familias pobres en el sector Agro-Rural. La pobreza en el sector representa al 54% del total y al 18% de la población Paraguaya, de los cuales aproximadamente unas 610.000 personas denominadas como pobres extremos, cuyos ingresos no les permiten siquiera cubrir el costo de sus alimentos. 

 

 

Las causas de la pobreza rural se debe a la falta de acceso a la tierra asociada fuertemente a otras alternativas productivas poco o nada sustentables económica, social y ambientalmente, así también los bajos niveles educativos y las deficiencias en la salud, deplorable saneamiento y otros servicios sociales básicos, pero actualmente esta pobreza rural está asociada a una profunda desigualdad distributiva, sean estas tierras, ingresos per-capita, acceso a la educación y salud y los servicios básicos y no básicos.

La inequidad en la distribución de la tierra genera una desigualdad socio-económica en el sector Agro-Rural, generando fuertes crispaciones sociales entre ambos tipos de unidades productivas. Esta convulsión social cada vez más critica por causa del acceso a la tierra ha venido incentivando desde 1989 numerosas invasiones y ocupaciones de tierras por parte de grupos de productores denominados campesinos sin tierras, que se radicalizaron especialmente en los Departamentos de Alto Paraná, San Pedro, Caaguazú e Itapúa.

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Medio Ambiente

El medio ambiente debe ser considerado como parte integral y armónica del conjunto de tareas que garanticen el desarrollo sostenible de un país como Paraguay (Molinas 2006).

El problema de la sostenibilidad es en el fondo un problema de desarrollo, de erradicación de la pobreza, de educación colectiva, de mentalidad y hábitos sociales, de cultura política, de mecanismos institucionales que incorporen la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones, de nuevas formas de producir y de consumir, de equidad y cooperación en las relaciones internacionales, se trata, en suma, de colocar al ser humano en el centro de nuestras preocupaciones, porque si las personas no están protegidas, la naturaleza tendrá, entonces, pocas oportunidades.

Para avanzar verdaderamente hacia el desarrollo sostenible debemos asumir nuestra responsabilidad local con enfoque global en la lucha que la humanidad esta encarando por preservar en el largo plazo los ciclos vitales de la vida de los que depende la existencia misma del ser humano sobre la tierra, debemos hacer un esfuerzo local con perspectiva global (Molinas 2008).

Anuncio Ing. Alfredo Molinas