05 de Junio de 2013
| DESDE EL YBYTYRUZÚLos mequetrefes del ambiente
Una de las tantas preocupaciones de la humanidad es la conservación del
agua, tanto en versión tomable como también las consecuencias del
desbordamiento de los cauces hídricos. El calentamiento global, conocido
también como el efecto invernadero, hace que hasta los mares estén
–como los productos de la canasta familiar y la inseguridad en el
Paraguay– en constante aumento.
El cambio
climático es muy similar a los cambios climatéricos. Animosas tormentas y
sequías prolongadas se suceden sin ningún orden preestablecido. Los
cambalaches meteorológicos acontecen con frecuencia y hasta provoca que
el pronosticador del tiempo se convierta, como aquel expresidente, en
ijapu, ijapu…Somos los paraguayos protagonistas del cambio de nuestro clima como consecuencia de nuestros desbordes. Ya no respetamos las plantas ni de los pies. Con fines económicos hemos llegado casi al fin de los bosques y seguimos deforestando sin piedad y sin darnos cuenta de lo que hoy es comida será hambre para el mañana. Y mañana es hoy.
Se contamina el aire, el suelo y el agua. Los tres recursos fundamentales para la vida humana, animal y vegetal. No debe haber leyes más lindas y románticas que las dedicadas a preservar el ambiente paraguayo y no debe haber ambiente peor manejado que el de un paraguayo por no cumplir nunca con las leyes ambientalistas.
Hace pocos años el Paraguay era asiento en donde se reclinaba gran parte del Bosque Atlántico Alto Paraná, conocido como el BAAPA. Teníamos unas casi 12 millones de hectáreas de bosques continuos y hoy solo restan algunas formaciones boscosas raleadas que increíblemente solo sirven de hábitat al EPP.
Desaparecieron aves como el gua’a hovy, el pájaro campana, el águila harpía y otros animales como el yacaré overo, el jaguarete y otros felinos menores, el ciervo de los pantanos, el oso hormiguero, el tatú carreta y otros “bichos” que dependen del monte nativo. Los arroyos y cursos de agua están colmatados y contaminados. Últimamente hasta el Lago Azul cambió de rumbo y de color. Todo como consecuencia de incumplir con las leyes ambientales, la basura y de la intensa deforestación que debe ser “cero”.
¿Y por qué existe tanta deforestación en el Paraguay? Porque existen leyes que jamás se cumplen, porque tenemos instituciones públicas superpuestas en materia de roles, porque hay paraguayos que solo quieren bosques para extraer toda la madera y luego vender o cultivar una hectárea de mandioca, maíz y poroto, porque nunca se hizo un ordenamiento territorial en forma, porque jamás hubo castigo, porque somos inconscientes y porque existe una Seam que no sirve para nada, fiscales ambientales coimeros, Policía corrupta, gobernadores sinvergüenzas, intendentes despreocupados, la Comisión Nacional de Defensa de los Recursos Naturales (Conaderna) que solo tiene muchos recursos y no defiende nada y el Infona que tiene menos recursos que la defensa de mi querido Kelito. Y para parecerle a los liberales de ahora –amén de inútiles– solo falta que estas instituciones se peleen entre ellos.
El proyecto “A Todo Pulmón-Paraguay Respira” (ATP) liderado por Humberto Rubín, es un ejemplo para todo el mundo pero como lo dijo el mismo Humberto: “actuamos como boludos entregando especies arbóreas nativas para que unos cuantos sinvergüenzas sigan deforestando”. El enorme esfuerzo de ATP es una gran bocanada de aire puro para este país que necesita de varios balones de oxígeno. Estamos cortos de tiempo y no podemos seguir gastando para entregar CO2 a nuestros hijos.
Con los mequetrefes ambientalistas de este gobierno ya no hay nada que hacer. Se viene otro que esperemos sea con nuevo rumbo ambiental y sepa de la existencia de ATP, de la WWF, de Guyra Paraguay, de la Policía Forestal y de otra gente que aspira un país más tonificado y sueña respirar por un Paraguay más reconfortado
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