Retroceso
en materia ambiental promulgado por la Presidencia de la República:
estas no son las bases de un nuevo rumbo ambientalmente sostenible para
el Paraguay
Nos
preocupa el importante retroceso en materia ambiental que implica la
implementación del Decreto Nº 453/2013 de la Ley Nº 294/93 de Evaluación
de Impacto Ambiental, y la escasa o nula participación que se dio a
quienes pueden opinar sobre el tema. La Presidencia de la República con
sus asesores seguramente habrán tenido muy buenas intenciones, para
poder sanear los problemas que tiene la implementación de la presente
ley y hacerla más efectiva, pero lo que están haciendo con este decreto
es desconocer conceptos, normas y procedimientos básicos de la
evaluación de impacto ambiental, desvirtuando el origen y la
justificación de su existencia, invitamos a la Presidencia a justificar a
la ciudadanía en general y a los profesionales en la temática, la
promulgación de este decreto promulgado el 8 del corriente mes de
octubre del 2013.
La Líneas Estratégicas del Gobierno Nacional (2013 – 2018) se basan en una visión de “Un
Paraguay ubicado entre los más eficientes productores de alimentos a
nivel mundial; abierto y conectado al mundo; con elevados índices de
desarrollo; ambientalmente sostenible; garante de la seguridad ciudadana
y de la propiedad privada; … y con un Estado solidario, equitativo,
transparente y sin tolerancia hacia la corrupción”. La
incorporación del eje ambiental y la sostenibilidad son aspectos claves
para alcanzar esa visión, pero lamentablemente quienes trabajaron este
decreto no tuvieron en cuenta que echan por la borda el incipiente proceso
de consolidación de la Política Ambiental Nacional (PAN), del Sistema
Nacional del Ambiente (SEAM, el Consejo Nacional del Ambiente (CONAM) y
de la misma Secretaria del Ambiente (SEAM); nos deja un retroceso en la
consolidación de la dimensión ambiental en el Paraguay e instala
desorden, vacios y desnaturaliza los conceptos y principios básicos del
análisis y prevención de riesgos ambientales. Lo que hace este decreto
es ensuciar la cancha y dar rienda libre al desorden ambiental, abriendo
la canilla al aumento de los desequilibrios y evitando que el Estado
pueda acompañar los cambios ambientales, su mitigación y su
compensación.
Esta
actitud que nos sorprende, este decreto inconsulto con los que
entienden del tema sólo nos deja en una indefensibilidad que se
contradice con las palabras del Presidente en la asunción al cargo el
pasado 15 de agosto, escuchando por primera vez que la dimensión
ambiental sería tenida en cuenta. Nos hace recordar el pasado cercano,
en donde un Presidente con otro decreto borra en forma inconsulta
aspectos importantes de la gestión ambiental del país. Las salvaguardas
ambientales y sociales deberán ahora ser puestas en marcha con más
fuerza aún, al menos por las instancias que facilitan créditos al
Paraguay para el cumplimiento de los tan ansiados objetivos de
desarrollo, una vez más deberán ser otros los que nos marquen la cancha
de cómo tenemos que hacer las cosas en casa, porque lo que estamos
haciendo es borrando lo positivo y potenciando lo negativo de la
experiencia ambiental en el Paraguay. Esto suma a la ya dudosa gestión
en el conocimiento científico y tecnológico del país, a través de su
órgano superior, el Consejo de Ciencia y Tecnología (CONACYT),
dependiente de la Presidencia de la República, en el cual autoridades
ambientales de alcance nacional e internacional se encuentran acogidos,
pero evidentemente no consultados. Una vez más vemos cómo la Ciencia y
la Tecnología no parecen formar parte de la Gestión del Conocimiento.
¿Será
un poco más de lo mismo? ¡Esperamos que no! Ante la sucesión de
decretos reglamentarios que han sido promulgados en tiempos recientes en
relación a la leyes que regulan la gestión de los recursos naturales de
la Nación Paraguaya, la Asociación Guyra Paraguay, sostiene una postura
que apunta a la gradual sustitución de normas puntuales y coyunturales
por una ley marco ambiental, que pueda incluir una codificación
ambiental coherente y sistémica, acorde con la naturaleza de los
procesos ecológicos, los beneficios ambientales y los servicios
ecosistémicos que sustentan la dinámica de las relaciones entre el
desarrollo de una nación y sus recursos naturales. La rica biodiversidad
del Paraguay y la abundancia de recursos naturales, ni pueden seguir
siendo regulados por normativas originadas casi en exclusividad en el
Poder Ejecutivo, incluyendo los decretos, resoluciones, y equivalentes,
sino que deben subrogarse a los principios establecidos en el Estado del
Arte de la práctica jurídica y los principios rectores acordados a
nivel mundial para el establecimiento de políticas y planes ambientales,
que requieren entre otros, de la aplicación de los principios de
subsidiariedad, incluyendo en este caso la consulta amplia y hasta los
niveles de organizaciones de base de cualquier elemento legal que
pretenda administrar los recursos. Además del principio de consulta
previa, en el cual las reglamentaciones ambientales, deben pasar por un
proceso transparente, participativo y de audiencias públicas a fin de
asegurar que los intereses difusos de la ciudadanía en relación al
derecho de un ambiente saludable, no sean sólo un elemento menor en
cualquier norma, sino que los mismos sean el molde del proceso que
genere una jerarquización genuina del interés común sobre los recursos
naturales, y enriquezcan un sólido y saludable futuro código ambiental
estratégico a nivel nacional, que integre las reglamentaciones dispersas
y de un rango republicano, con matriz legislativa, coherencia jurídica y
eficacia ejecutiva al cuidado de nuestro sustento vital, basado en el
conocimiento técnico y científico.
Las
Asociación Guyra Paraguay ha convivido y sufrido con una serie de
decretos que si bien contienen intencionalidades que podrían resultar en
algunos efectos positivos, por su desconexión, no consulta y la no
incorporación en el proceso de los actores del SISNAM, SIGEST, CONACYT,
Comisiones Nacionales, Sociedad Civil, Autoridades Locales y órganos
dedicados a la aplicación del conocimiento y la investigación, no
cuentan con la seguridad de evitar impactos de retroceso en la gestión
de los recursos naturales y consecuencias no previstas. Esto es un
importante retroceso que da luz verde para el avance hacia una
catástrofe ambiental, ya somos testigos de lo acontecido con ciertos
ecosistemas, y estamos siendo testigo de lo que actualmente ocurre, no
permitamos que retrocedamos, Gobierno y Sociedad requieren del trabajo
en conjunto para realmente cumplir con un Paraguay que eficientemente
produzca alimentos y se desarrolle en un ambiente sostenible. Esperamos
que quienes asesoraron a la Presidencia de la República para la
promulgación de este Decreto revean su posición y realmente piensen en
el país, como lo solicita el Sr. Presidente de la República y que se
abstengan de opinar si desconocen la temática.
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