Perspectivas Internacionales de la Producción Agrícola en la Seguridad
Alimentaria a Nivel Global
Para analizar la perspectivas de
la producción de maíz en el Paraguay es necesario revisar la demanda y oferta
en importancia y perspectiva a nivel global del mismo, en este tenor un informe
publicado por La Organización de las Naciones Unidas Para la Agricultura y la
Alimentación (FAO) que describe una “Guía
para los Responsables de las Políticas de Intensificación Sostenible de la Producción
Agrícola en Pequeña Escala”, donde se señala que los productores a nivel global
enfrentan una serie de desafíos interrelacionados sin precedentes, así también una
mayor competencia por los recursos naturales productivos estratégicos de la
tierra y el agua, asociados al incremento de los precios del combustible y los
fertilizantes y las secuelas del cambio climático.
Esta situación o escenario global
que se plantea en el sector agrícola como nuevo modelo de la agricultura, para
nuestro país que su crecimiento económico y desarrollo social actualmente depende
en gran medida de la producción agrícola y sus derivados de alguna manera se de
imponer más que nunca el concepto de la “Intensificación Sostenible de la Producción
Agrícola” que se resume con la expresión “AHORRAR
PARA CRECER”, que consiste en una agricultura productiva que conserva y
mejora los recursos naturales productivos estratégicos.
Otro desafío global que se impone
y desciende a nivel nacional sobre la agricultura es que sistemas actuales de
producción y distribución de alimentos actualmente no están consiguiendo
alimentar de forma sustentable a la población mundial. Este documento de la FAO
señala que en el 2010 existía 925 millones total de personas sub-nutridas,
cifra mayor que la existente hace 40 años, en tanto que globalmente la
prevalencia de la sub-nutrición asciende al 16%, cerca del 75% de las personas
más gravemente afectadas viven en zonas rurales de países en desarrollo como
Paraguay.
Datos
estadísticos proyectan categóricamente que en los próximos 40 años la seguridad alimentaria global se
verá amenazada por diversos acontecimientos, debido a que se prevé que la
población de la tierra crecerá de aproximadamente en 6.900 Millones de habitantes
en 2010 y a unos 9.200 Millones en 2050 y que casi todo este aumento se
producirá en las regiones menos desarrolladas, además se predicen que las tasas
de crecimiento más elevadas se registrarán en los países en vías de desarrollo
o menos adelantados, donde se incluye al Paraguay, para entonces, un 70% de la
población mundial será urbana, en comparación con el 50% en la actualidad.
Entrando a valorar la demanda de
cereales como base de la seguridad alimentaria para el año 2020, se estima que
los países industrializados o más desarrollados podrían demandar y consumir aproximadamente
unos 150 kg per cápita anuales de maíz en forma de etanol como biocombustible,
cifra similar a los índices de consumo de cereales en los países denominados en
vía de desarrollo, considerando al grano de maíz un rubro estratégico en la
demanda mundial y sustento de la seguridad alimentaria, se observa que mundialmente
se verá afectada no solo la oferta de maíz demanda para su consumo alimentario
sino además para la producción de biocombustibles.
Este nuevo escenario de la
demanda y oferta de alimentos y en particular del grano de maíz, los cambios para
con este rubro están motivando la necesidad de aumentar notablemente su
producción y productividad así como de todos los principales cultivos que
sustenta actualmente la alimentación de las personas y los animales a nivel
global, en este mismo contexto las proyecciones de la FAO “sugieren que hasta 2050 la producción agrícola deberá aumentar un 70%
mundialmente —y cerca del 100% en los países en desarrollo— solamente para
satisfacer las necesidades alimentarias, excluyendo la demanda adicional de
productos agrícolas como materia prima para la producción de biocombustibles”,
con estas proyecciones se puede rápidamente hacer un cálculo aseverando que dicha
cifra equivale a una producción anual de 1.000 Millones de Toneladas
adicionales de granos (como maíz y sorgo) y cereales (como el arroz y el trigo)
como y 200 Millones de Toneladas adicionales de carne (como vacuna, aviar y
porcina) para 2050 en comparación con la producción registrada entre 2005 y
2007.
Centrando nuestro
análisis para con la perspectivas de los granos y en particular en el cultivo
de maíz a nivel global, es importante señalar que entre 2015 y 2030
aproximadamente será necesario un 80% de incremento de la producción de
alimentos, se deberá inevitablemente que proceder en la Intensificación
Sostenible de la Producción Agrícola en forma de aumento del rendimiento y la
intensidad de los cultivos, no obstante, el índice de incremento del
rendimiento a nivel global de los principales cultivos alimenticios como el arroz,
el trigo y el maíz que actualmente están en disminución su rendimientos
promedios. Los datos obtenidos muestran que el incremento anual del rendimiento
del trigo descendió desde un 5% anual en 1980 hasta el 2% en 2005, mientras que
el incremento de los rendimientos del cultivo de arroz y el maíz se redujo
desde más del 3% hasta cerca del 1% en el mismo período (1980 a 2005).
Un elemento clave a observar es el
repunte de los precios de los alimentos desde el 2008, cuyo incrementos llegaron
hasta valores récord hasta los comienzos del 2011, esta situación no hacen
presagiar mayores y más frecuentes amenazas para con la seguridad alimentaria global.
El informe del Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas
Alimentarias (IFPRI) estima que para el período comprendido entre 2010 y 2050
se registrará un incremento de los precios reales del 59% en el caso del trigo,
del 78% en el caso del arroz y del 106% en el caso del maíz, pues en este estudio
se concluyó que el incremento de los precios es reflejo de la presión
subyacente continuada a la que está sometido el sistema alimentario mundial, y
que está motivado por el incremento de la población y los ingresos y por la
productividad reducida.
Ante la situación planteada sobre
la seguridad alimentaria a nivel global según proyecciones del Consejo
Internacional de Cereales, la producción mundial de los cereales y granos aumentará
3,6% en el 2012 y llegaría a unos 1.816 Millones de Toneladas, además estimo
una producción de 64 Millones de Toneladas mayor a la del 2011 año en que
alcanzó 1.752 Millones de Toneladas. Este mismo informe calculo que el aumento
interanual se debería en gran medida a una recuperación notable de la
producción en Rusia, Ucrania y Kazajstán, pues estimaron una producción de 683
Millones de Toneladas de trigo, con un crecimiento del 4,5% con relación al
2011 y un volumen de 853 Millones de Toneladas de maíz, con un incremento
interanual de 3,2%, para con el cultivo del arroz, se proyecta una producción
mundial de 459 Millones de Toneladas, superando 1,7% el volumen logrado el año
pasado.
El mismo informe del Consejo
Internacional de Cereales (CIC) había determinado que habrá un crecimiento de
4,5% en el comercio mundial de los cereales y alcanzaría el nivel de 254 Millones
de Toneladas en el 2012 contra las 243 Millones del Toneladas del 2011, pues
estimaron un aumento de 11 Millones de Toneladas como un nuevo récord, pero
además analizo su relación al consumo también aumentará y llegará a 1.826 Millones
de Toneladas, experimentando un crecimiento del 2,2%, de acuerdo a las
estimaciones de la entidad internacional, además destaco que en el 2011el
crecimiento sería más lento que el consumo industrial, que podría incrementarse
en solo 1,7%, para situarse en 303 Millones de Toneladas del 2012. Un elemento
clave es el consumo de granos para la producción de etanol para combustibles, pues
anuncia que se registraría un crecimiento vertiginoso durante la última década,
manteniéndose en torno a los 147 Millones de Toneladas para el 2011, suponiendo
un ligero descenso del consumo de maíz.
Publicaciones de marzo del 2013
del CIC que el índice de Cereales y
Oleaginosas ha perdido un 4% desde el mes pasado, encabezado por
el descenso de la soja en un 6% debido al tiempo generalmente favorable en
Sudamérica, a las perspectivas bajistas para la producción en Estados Unidos, y
a la falta de demanda de exportación. Tampoco ha prestado apoyo la situación macroeconómica,
al reanudarse la preocupación por las perspectivas para el crecimiento mundial
y por la fuerza del dólar estadounidense.
Los precios del maíz se han
resistido a esta tendencia, registrando el subíndice del GOI una subida modesta
del 1%, pese a una evolución subyacente más bien dispar. En el caso tanto del maíz
como de la soja, la expectativa de un aumento de la oferta en
2013/14 ha provocado una diferencia notable de los futuros entre la cosecha
antigua y la nueva. Las dificultades logísticas en Sudamérica han aumentado la
demanda de las escasas reservas en otros países, entre los que destaca Estados
Unidos. Durante los próximos meses, se prevé que la oferta de la nueva cosecha en el hemisferio sur alivie la
presión sobre la reducida disponibilidad en Estados Unidos, con una marcada
desviación estacional de la demanda. Cabe esperar un aumento de la producción
de maíz en 2013/14, y la previsión se ha incrementado en un 9%.
Mientras que los precios en
Argentina retrocedieron ante la presión estacional, en Estados Unidos y la
región del Mar Negro se mantuvieron firmes, apoyados por la reducida oferta
inmediata; el subíndice de maíz del índice
de cereales y oleaginosas del CIC
ganó un 1% a lo largo del mes. Pese a la cosecha abundante en China y a la
producción récord prevista en Brasil y Argentina, se espera que la producción
mundial disminuya en un 35% en 2012/13, debido a la sequía en Estados Unidos y
algunas zonas de la UE. No obstante, y suponiendo unas condiciones atmosféricas
normales, se prevé que la producción crezca de forma notable en 2013/14; la
cosecha de Estados Unidos podría registrar un aumento interanual de hasta un
30%. Gracias en gran medida al fuerte aumento en Estados Unidos, se espera que
las existencias de los exportadores se eleven en 2013/14 a su cota más alta en
ocho años, tras alcanzar en 2012/13 su nivel más bajo en 16 años.
“El Consejo Internacional de Cereales al finales del 2011 estimo para
finales del 2012 que producción mundial de cereales crecerá 3,6%, donde se esperan también un aumento del 4,5% del
comercio y 2,2% de la demanda y el consumo industrial tendrá un incremento leve
del 1,7%”
Este nuevo escenario y desafío de
la agricultura para la provisión de alimentos para contribuir con la seguridad
alimentaria mundial, como un país en desarrollo Paraguay según datos de la FAO formulado por Investor Economía podemos interpretar que se puede crecer aun
unos 81,8% de tierras potencialmente adecuadas para la producción agrícola.
Para justificar el potencial del crecimiento de la agricultura en el Paraguay, debemos
señalar que nuestro país posee dos
grandes regiones fisiográficas bien diferenciadas, la Región Occidental o Chaco, constituida por una
inmensa planicie sedimentaria de origen aluvial, que representa el 60% del
territorio y contiene tan sólo el 3% de su población; y la Región Oriental, que es
donde tienen lugar la mayor parte de las actividades económicas del país,
incluyendo la agropecuaria y las extracciones forestales, ocupa el 40% del
territorio nacional y alberga el 97% de la población, donde actualmente la agricultura
paraguaya se desarrolla en un 97% en la Región Oriental del país, donde los Estudio
de Suelos, Capacidad de la Tierra y una Propuesta de Ordenamiento Territorial
para la Región Oriental del Paraguay (MAG/BM/1995), formulado y publicado indican que según las características físicas, químicas y biológicas
naturales, los mejores suelos de la Región Oriental para uso agrícola son los
Alfisoles y Ultisoles, estos ocupan el 68% del territorio (10.795.413 Has).
Un estudio del INBIO sobre el uso
actual de la tierra publicado en el 2010 indica que en la Región Oriental la
tierras destinadas al uso agrícola ocupaban unas 4.927.667 Has sobre los suelos
Ultisoles y Alfisoles, quedando en ese momento aun disponibles potencialmente
para uso agrícola unas 5.867.746 Has para avanzar con a frontera geográfica
agrícola de la Región Oriental del Paraguay.
Analizando la Capacidad Natural
Productivas de las Tierras existen 8.706.657 Has son aptos para uso agrícola,
donde los las Tierras de Clase I son los suelos no posee ninguna o pocas
limitaciones que restringen su uso agrícola. En tanto que las Tierras de Clase
II poseen suelos que tienen moderadas limitaciones que reducen la posibilidad
de elección de cultivos, o que requieren prácticas moderadas de conservación al
cultivarlos.
La Tierra de Clase III poseen
suelos con severas limitaciones que reducen la posibilidad de elección de
cultivos, que requieren prácticas especiales de conservación al cultivarlos, o
ambos. Las Tierras de Clase IV poseen suelos que tienen muy severas
limitaciones que reducen la posibilidad de elección de cultivos o requieren un
manejo muy cuidadoso, o ambos a la vez.
Estos estudios técnicos
demuestran que la Capacidad Productiva Natural de las Tierras en la Región
Oriental del Paraguay existe unas 8.706.657 Has con capacidad natural para uso
agrícola y teniendo en cuenta que actualmente unas 4.927.667 Has son de uso
agrícola existe un potencial de crecimiento agrícola aun de 3.788.990 Has
confirmando que se llego a la frontera geográfica y aun falta para alcanzar la
frontera productiva del sector agro-rural en la Región Oriental del
Paraguay.
En relación a la Región Occidental
estudios realizados y publicados en el 2010 por técnicos de la Asociación Rural
del Paraguay (ARP) sobre el Uso Actual y Cobertura de la Tierra, demuestran que
esta región posee bosques xerófitos y de quebracho que ocupan unas 12.044.073 Has,
coberturas de matorrales y cerrados en unas 973.529 Has, y unas 2.964.043 Has de
parques nacionales, reservas naturales y comunidades indígenas.
Los bosques continuos totalizan
12.643.989,09 Has, los que asociados a
las Áreas Silvestres Protegidas y a Comunidades Indígenas alcanzan una superficie boscosa continua de 15.613.140,84 Has,
correspondiendo al 65,05% de la superficie chaqueña.
Existen unas 4.548.806,91 Has de
praderas naturales y sabanas arboladas (18,95% del territorio chaqueño),
vegetación natural que se debe contabilizar como recurso importante y original
del ecosistema del ecosistema del Chaco, restando unas 3.697.530,57 Has de
tierras habilitadas para pasturas implantadas y cultivos agrícolas desde la
llegada de los primeros pobladores Menonitas (15,41% del territorio chaqueño).
Pero la Dirección de General de
Planificación del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) publico que la Región Occidental contaría con un potencial
cultivable de 2.300.000 de Has, de las cuales estaría aún disponible el 98%
para la ampliación de la actividad agrícola, recomendándose la aplicación de
cuidadosas medidas de conservación de suelos, como la labranza mínima, en relación
al potencial de aprovechamiento ganadero, la Región abarcaría unas 15.400.000
de Has, con un aprovechamiento actual de 9.100.000 de Has y un margen de
crecimiento de 41%.
Las tierras de potencial forestal
tienen una extensión aproximada de 4.000.000 de Has, con un nivel de
aprovechamiento actual de 5.400.000 de Has, exceso que podría ser explicado por
posibles superposiciones de uso, principalmente los de tipo silvo-pastoril. La
superficie de otros usos es de una extensión significativa, 10.131.451 Has y
estaría compuesta por las como los Saladares, las lagunas, los riachos, los
esterales o los humedales, y las dunas (médanos).
Es indudable el potencial de los
suelos para la conservación de la biodiversidad y el ecosistema del Chaco. En
forma general, los suelos son fértiles y la aptitud predominante de las
condiciones naturales es el uso pecuario (pastoril y silvo-pastoril). Podemos
afirmar que la Región Occidental es una alternativa válida para invertir en la
misma por el potencial económico, ambiental y social que presenta. La
incorporación de inversiones generaría fuentes de trabajo para personal
capacitado y no capacitado.
Considerando el potencial
productivo de los suelos y la capacidad productiva de las tierras tanto en la
Región Oriental y región Occidental del Paraguay muestran justificadas
capacidad natural para que la agricultura en el Paraguay como indica el estudio
del Investor Economía unos 81,8% de tierras potencialmente adecuadas para la
producción agrícola, con esta condición Paraguay puede asumir o está asumiendo
el desafío que plantea la FAO en el 2011 en el documento “Guía para los Responsables de las Políticas de Intensificación
Sostenible de la Producción Agrícola en Pequeña Escala”. Pero
necesariamente este crecimiento de la agricultura en el Paraguay deberá condicionarse que esta intensificación de la producción agrícola se
basará en sistemas agrícolas que ofrezcan a los productores y a la sociedad en
general una variedad de beneficios socioeconómicos, ambientales y relacionados
con la productividad.
La
expresión de “AHORRAR PARA CRECER”,
se sustenta en la intensificación sostenible consiste en una agricultura
productiva que conserva y mejora los recursos naturales, donde se deberá
emplear el enfoque eco-sistémico que se basa en la contribución de la
naturaleza al crecimiento de los cultivos —materia orgánica del suelo, regulación
del caudal del agua, polinización y depredación natural de las plagas— y aplica
insumos externos apropiados en el momento preciso y en la cantidad adecuada.
Los sistemas agrícolas dirigidos a “AHORRAR
PARA CRECER” ofrecen beneficios ambientales, económicos y en materia de
productividad demostrados.
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