La Municipalidad de Asunción continúa sin pagar sus deudas
Es loable que la Municipalidad pretenda convertir a Asunción en capital verde de Latinoamérica. Sin embargo, mal puede erigirse en modelo en ese campo si la actual administración municipal es incapaz de mantener limpias las calles y conservarlas en buen estado, dotar de basureros los espacios públicos, recoger con regularidad los desechos domiciliarios, ordenar el tránsito, mejorar el servicio de transporte de pasajeros y obligar a los propietarios a tener veredas bien mantenidas. Si no puede cumplir sus obligaciones primarias con sus contribuyentes, difícilmente podrá hacerlo en otras áreas.
La Comuna capitalina, con
bombos y platillos, lanzó el proyecto que tiene como propósito lograr
que Asunción sea la ciudad con el verde de mayor esplendor en
Latinoamérica.
Aunque es mucho lo que hay que trabajar para aumentar la superficie arborizada, es loable la iniciativa. De concretarse, Asunción se volverá más saludable para todos sus habitantes ya que los árboles liberan oxígeno y capturan dióxido de carbono en su proceso de fotosíntesis.
El intendente municipal, Arnaldo Samaniego, y los concejales deben entender, sin embargo, que la capital hoy tiene urgencias tan importantes como el emprendimiento que aspira contribuir con la ecología. Las mismas deben ser abordadas de inmediato porque también atañen a la calidad de vida de los que pagan sus impuestos y los que llegan a la Capital por motivos laborales, académicos o de otra índole.
Los que se quejan porque en Asunción no se han mejorado los servicios tienen razón. A cada paso se encuentran argumentos para considerar que las actuales autoridades municipales no gerencian con eficacia la ciudad para ponerla a disposición de sus habitantes.
Hasta ahora Asunción es una ciudad carente de limpieza tanto en su microcentro como en sus polos de desarrollo actuales y en los barrios periféricos. La Municipalidad olvidó a sus aportantes que tienen que soportar la basura, papeles y plásticos desparramados por todas partes, restos de alimentos, charcos de agua e inmundicias diversas. Es una vergüenza.
La recolección domiciliaria de desperdicios no escapa al común denominador de ineficiencia que se ve en otros sectores.
El estado lamentable de muchas de sus calles continúa cargando sobre los hombros de los conductores y sus vehículos peligrosos baches, con el riesgo que ello representa. Los bacheos para cerrar los boquetes abiertos en el pavimento son tan precarios que al poco tiempo desaparece la cobertura y el agujero aumenta de tamaño.
Del caótico tránsito, mejor no hablar. Cada vez hay más embotellamientos de vehículos, las horas pico son insufribles y no hay controles en los lugares de mayor aglomeración de rodados. Ni siquiera el periodo de vacaciones de enero ha disminuido significativamente el vía crucis de desplazarse en vehículos El antiguo drama persiste sin que el Ejecutivo ni el Legislativo comunales se hayan dedicado seriamente a buscar soluciones en este ámbito.
El pésimo transporte público, las veredas que son un suplicio y los puntos críticos convertidos en vertiginosos raudales en días de lluvia son otras falencias tampoco resueltas por los actuales administradores de la vida de la Capital.
Ante esta realidad, que la Comuna siga con su proyecto de incrementar los espacios verdes para erigirse en líder latinoamericano, pero que también atienda con responsabilidad sus demás obligaciones ineludibles.
Aunque es mucho lo que hay que trabajar para aumentar la superficie arborizada, es loable la iniciativa. De concretarse, Asunción se volverá más saludable para todos sus habitantes ya que los árboles liberan oxígeno y capturan dióxido de carbono en su proceso de fotosíntesis.
El intendente municipal, Arnaldo Samaniego, y los concejales deben entender, sin embargo, que la capital hoy tiene urgencias tan importantes como el emprendimiento que aspira contribuir con la ecología. Las mismas deben ser abordadas de inmediato porque también atañen a la calidad de vida de los que pagan sus impuestos y los que llegan a la Capital por motivos laborales, académicos o de otra índole.
Los que se quejan porque en Asunción no se han mejorado los servicios tienen razón. A cada paso se encuentran argumentos para considerar que las actuales autoridades municipales no gerencian con eficacia la ciudad para ponerla a disposición de sus habitantes.
Hasta ahora Asunción es una ciudad carente de limpieza tanto en su microcentro como en sus polos de desarrollo actuales y en los barrios periféricos. La Municipalidad olvidó a sus aportantes que tienen que soportar la basura, papeles y plásticos desparramados por todas partes, restos de alimentos, charcos de agua e inmundicias diversas. Es una vergüenza.
La recolección domiciliaria de desperdicios no escapa al común denominador de ineficiencia que se ve en otros sectores.
El estado lamentable de muchas de sus calles continúa cargando sobre los hombros de los conductores y sus vehículos peligrosos baches, con el riesgo que ello representa. Los bacheos para cerrar los boquetes abiertos en el pavimento son tan precarios que al poco tiempo desaparece la cobertura y el agujero aumenta de tamaño.
Del caótico tránsito, mejor no hablar. Cada vez hay más embotellamientos de vehículos, las horas pico son insufribles y no hay controles en los lugares de mayor aglomeración de rodados. Ni siquiera el periodo de vacaciones de enero ha disminuido significativamente el vía crucis de desplazarse en vehículos El antiguo drama persiste sin que el Ejecutivo ni el Legislativo comunales se hayan dedicado seriamente a buscar soluciones en este ámbito.
El pésimo transporte público, las veredas que son un suplicio y los puntos críticos convertidos en vertiginosos raudales en días de lluvia son otras falencias tampoco resueltas por los actuales administradores de la vida de la Capital.
Ante esta realidad, que la Comuna siga con su proyecto de incrementar los espacios verdes para erigirse en líder latinoamericano, pero que también atienda con responsabilidad sus demás obligaciones ineludibles.
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