19 mar 2021

BUENAS PRÁCTICAS AMBIENTALES (BPA) APLICADAS COMO MEDIDAS PARA MEJORAS EN LA PRODUCTIVIDAD, ADAPTACIÓN Y MITIGACIÓN DE LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN EN LAS UNIDADES PRODUCTIVAS DE USO AGROPECUARIO Y/O APROVECHAMIENTO FORESTAL EN LA REGIÓN OCCIDENTAL O CHACO DEL PARAGUAY – Ing. Agr. (M.Sc.) Alfredo Molinas; Ing. Agr. Esteban Vasconsellos y el Biólogo Jorge Martínez

La aplicación de estas Buenas Prácticas Ambientales (BPA) utilizadas en las unidades productivas del Chaco paraguayo; son rescatados y puesta en valor en un documento técnico elaborado y publicado en el marco del “PROYECTO PAISAJE DE PRODUCCIÓN VERDE – GREEN COMMODITIES”, liderado en su momento por la Secretaría del Ambiente (SEAM) hoy MADES, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la financiación del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM /GEF).


El documento técnico detalla que las Buenas Prácticas Ambientales (BPA) aplicadas en el Chaco paraguayo se clasifica en, Buenas Prácticas Agrícolas (BPAs) y Buenas Prácticas Pecuarias (BPPs) que fueron identificadas como las de mayor aceptación y adopción, de acuerdo al consenso entre técnicos expertos de diferentes instituciones productivas del Chaco, como representantes de organizaciones productores y cooperativas de la producción, así como otros actores del sector de la producción destacados en el país y particularmente de la Región Occidental o Chaco.

Para describir las Buenas Prácticas Ambientales (BPA) aceptadas, adoptadas y aplicadas en el Chaco paraguayo es necesario relacionarlos con los alcances y objetivos del “Acuerdo de París”; como las medidas y las prácticas ambientales más adecuadas para luchar contra los impactos y sus efectos perjudiciales del cambio climático global como ser la mitigación, la adaptación y la resiliencia. 


Estas Buenas Prácticas Ambientales (BPA) son actualmente las medidas y prácticas agronómicas complementarias a los sistemas de producción de usos agrícolas, pecuarios, forestales y de la conservación de la biodiversidad en la Región Occidental o Chaco, que se caracterizan por:

a).- El 90% de las unidades productivas cuentan con sus Planes de Usos de la Tierras y Planes de Manejo Forestal en cumplimiento de la Ley Nº422/73 Forestal y sus decretos y resoluciones vigentes y sus aprobaciones ante el Instituto Forestal Nacional (INFONA);

b).- Estas unidades productivas sus Planes de Usos de la Tierras y sus Planes de Manejo Forestal con sus Estudios de Evaluaciones de Impactos Ambientales en cumplimiento de la Ley Nº294/93 de Evaluación de Impacto Ambiental y aprobados por el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES);

c).- Los sistemas de producción declarados en el marco de las leyes forestales y ambientales vigentes son proyecto preferentemente de uso pecuarios, agrícolas y/o de aprovechamiento forestal y la conservación para la valoración de la biodiversidad;

d).- Los sistemas de producción en proyectos de uso pecuarias aplicando sistemas silvopastoriles desarrollan además reforestaciones con especies nativas adaptadas a la zona y/o el manejo de la regeneración natural de la Cobertura Vegetal con Estratos Boscoso nativos;

e).- Estas Buenas Prácticas Ambientales (BPA) aplicadas en los sistemas de producción de uso pecuarios, agrícolas, aprovechamientos forestales y ultiman ente de conservación para la valoración de la biodiversidad, son los principales indicadores que las unidades productivas del chaco son cada vez más amigables con el medio ambiente;

f).- En cada unidad productiva se conserva el 25% y más de “Reserva Legal Forestal”; que sumados a las “Franjas Protección Forestal” y sus “Bosques de Protectores” de los cursos y fuentes de aguas, alcanzado en promedio por cada unidad productiva de entre 40% a 45% de Cobertura Vegetal con Estratos Boscosos, que además contribuyen con la conservación y la protección de la biodiversidad ni la vida silvestre;

g).- Existen propietarios de las unidades productivas privadas que poseen excedentes de Cobertura Vegetal con Estratos Boscosos por encima de la “Reserva Legal Forestal”, las “Franja Protección Forestal” y sus “Bosques de Protectores”; que están certificando por servicios ambientales en el marco de la Ley N°3001/06 “Valoración y Retribución de los Servicios Ambientales”, ante el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES) con plazo predeterminados; y

h).- Todas estas Buenas Prácticas Ambientales (BPA) identificadas y aplicadas actualmente como parte de los sistemas de producción del Chaco paraguayo están evolucionado se presentan en los sistemas de producción como favorables a la mitigación de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEIs) y/o a la adaptación al cambio climático. 

Existe otros sistemas de producción en las unidades productivas de usos agrícolas, el uso y manejo se realiza la habilitación de las tierras con parcelas de suelos provenientes de Cobertura Vegetal con Estratos Boscosos y/o suelos de campos naturales, además otro tipo de habilitación para la agricultura son de aquellas tierras previamente habilitadas para potreros, algunos en proceso de degradación  y que para su recuperación pasan a ser de uso agrícola. Esta integración de la agricultura a la producción ganadera en unidades productivas inició en el Chaco Central y Chaco Nor-Oeste para generar disponibilidad de alimentos energéticos y proteicos de origen agrícola complementarios en el período invernal (helada y sequía) para el ganado vacuno de leche y carne (SEAM y BGR, 2007).

Reconociendo que las Buenas Prácticas Ambientales (BPA) aplicados en unidades productivas contribuyen con el uso y manejo racional de los recursos naturales productivos en la producción agrícola y ganadera extensiva de cría y/o engorde de la Región Occidental; incorporándose a las pasturas implantadas y la conservación de una Cobertura Vegetal con Estratos Boscosos, como reserva legal para uso de aprovechamiento forestal del 25%, sumados a las franja protección forestal y sus bosques protectores de cauces hídricos, se están conservando por cada unidad productiva hasta el 45% de la Cobertura Vegetal con Estratos Boscosos.

Asociado esta conservación de las Cobertura Vegetal con Estratos Boscosos en las unidades productivas la aplicación de las Buenas Prácticas Ambientales (BPA) son una herramienta como Buenas Prácticas Agrícolas (BPAs) y Buenas Prácticas Pecuarias (BPPs) que contribuyen a los sistemas de producción y la Agricultura Climáticamente Inteligente (ACI) son:

PRODUCTIVIDAD: medidas y prácticas que contribuyen a incrementar la productividad de la agricultura sustentable (sin impacto con efectos negativo sobre el ambiente) y en función a ello aumentar los ingresos a través de esta actividad económica. Un concepto central es la intensificación sustentable de la producción.

ADAPTACIÓN: medidas y prácticas que contribuyen a reducir la exposición de los productores en el corto plazo a los riesgos de los efectos perjudiciales al cambio climático, además fortalecer sus capacidades para adaptarse a ellos en el mediano y largo plazo, dando especial atención a la protección de los servicios eco-sistémicos esenciales e integra a los sistemas productivos la conservación de los paisajes productivos.

MITIGACIÓN: medidas y prácticas que busca reducir las emisiones que genera la actividad agrícola mediante mejores prácticas productivas y adopción de nuevas tecnologías, dando especial atención a los procesos de no deforestación y cuidado del suelo, considerándolos ambos sumideros de carbono.


La descripción en detalle de estas Buenas Prácticas Ambientales (BPA) es adoptado de la consultoría agroambiental especializada realizada por el Ing. Agr. (M.Sc.) Alfredo Silvio Molinas “INFORME FINAL SOBRE BUENAS PRÁCTICAS AMBIENTALES (BPA) QUE PUEDAN CONTRIBUIR CON ORDENACIÓN SOSTENIBLE DE LAS COBERTURAS VEGETALES BOSCOSAS Y CON EL USO Y MANEJO MÁS RACIONAL DE LOS RECURSOS NATURALES PRODUCTIVOS – PROYECTO MITIGACIÓN Y EVALUACIÓN DE SERVICIOS AMBIENTALES PARA EL CHACO (PROMESA – CHACO) – NOVIEMBRE DEL 2017”; proyecto co-ejecutado en su momento por la Secretaría del Ambiente (SEAM) y la Asociación Guyra Paraguay, con el financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) a través de la organización Conservation International (CI) de los EEUU.


Buenas Prácticas Agrícolas (BPAs) y la Agricultura Climáticamente Inteligente (ACI):

Manejo de los Recursos Hídricos:

Productividad: la aplicación adecuada de esta buena práctica agrícola en las unidades productivas de uso agropecuario y/o aprovechamiento forestal contribuye con incrementar la productividad de la producción sean estas agrícolas y además con el manejo adecuado del agua en estos climas del chaco se intensifica de manera más sostenible el uso y manejo de los potreros y las chacras de las fincas y esto genera el incremento de los ingresos a nivel de fincas.


Adaptación: con el manejo de los recursos hídricos que los productores del Chaco han logrado con experiencia de investigaciones y transferencias de tecnologías en la cosecha, almacenamiento y distribución de las aguas en este clima árido adaptarse a los efectos adversos del cambio climático que son las sequias más intensas y prologadas, así como los calores más intensos y altas temperaturas.

Observación: los productores manifiestan que en el manejo de los recursos hídricos aplicados adecuadamente en sus unidades productivas que los recursos hídricos activos deben de ser diferencias de los paleocauces o cauces colmatados no activos.


Existen unidades productivas en la Región Occidental que como manejo adecuado de los recursos hídricos se están realizando inversiones en obras y sistemas de riego con aguas proveniente de las riadas del Río Pilcomayo y de las cosechas de aguas de lluvias para superar los periodos de déficits de agua para la producción de ciertos rubros de rentas en la agricultura.

Siembra Directa:

Productividad: la aplicación esta buena práctica agrícola mantiene y restaura la fertilidad productiva natural de los suelos en las chacras de uso agrícola, intensificando el uso de los suelos en las unidades productivas de uso agrícola y contribuyendo en el mejoramiento de la productividad y la rentabilidad de las fincas en el Chaco.


Adaptación: el mantenimiento de la fertilidad natural con la siembra directo en la agricultura del chaco mejora la disponibilidad de los nutrientes y la capacidad de almacenamiento de la humedad en el suelo contribuyendo a que las unidades productivas agrícolas se adapten en el corto plazo a los periodos de sequias intensa y más prolongadas, así como cuando existen precipitaciones y heladas intensas pues además con el vigor de las plantas soportan más los días o periodos de intenso calor por las altas temperaturas que son efectos por consecuencia negativas del cambio climáticos.

Mitigación: el uso más intensivo de las unidades territoriales para uso agrícolas por efectos directos de la siembra directa trae como consecuencias además mayor productividad contribuyendo a secuestrar y capturar mayor carbono contribuyendo en el balance con la disminución de los denominados Gases Efectos Invernaderos (GEI) que están siendo considerados como responsables del cambio climático.

Rotación de Cultivo:

Productividad: esta buena práctica agrícola contribuye en el uso más intensivo de las unidades productivas agrícolas, cuando se rota las parcelas o chacras con cultivos de abonos verdes se mejora la fertilidad natural y la capacidad de almacenamiento de la humedad en los suelos contribuyendo a mejorar sustancialmente la productividad y los ingresos de las unidades productivas agrícolas.


Adaptación: con la rotación de cultivos en las unidades productivas agrícolas mejoran la productividad natural de los suelos y la capacidad de almacenamiento de la humedad en los suelos contribuyendo a adaptarse en el corto plazo a reducir la exposición de los productores con sus unidades productivas a las sequias más intensas y prolongadas, así como a los calores intensos y temperaturas altas y además que son los efectos negativos como las precipitaciones y vientos intensos en ciertos periodos y sitios consecuencia del cambio climático.

Mitigación: la rotación de cultivos con abonos verdes los cultivos agrícolas mejoran el contenido de la materia orgánica en los suelos de uso y manejo agrícolas capturando y secuestrando mayor carbono por las unidades productivas, así como haciendo un uso más intensivo de las áreas agrícolas evitando el cambio de uso de áreas con estratos de cobertura vegetal boscosas y en el balance es positivo y superior la unidad productiva como sumidero de carbono mitigando los Gases Efectos Invernaderos (GEI).   

Época de Siembra:  

Productividad: respetar las recomendaciones del calendario agrícola contribuye en el uso más intensivo de las áreas agrícolas de las unidades productivas, permite además poder realizar rotaciones de cultivos con otros rubros de renta y de abonos verdes incrementando la productividad agrícola y cooperando en el mejoramiento de los ingresos de las fincas de producción agrícola en el Chaco. Las épocas de siembra adecuadas pueden variar en la medida que se identifican y por medio de la investigación se seleccionan variedades que se adaptan a la variabilidad climática.

Adaptación: esta buena práctica agrícola permite una mayor adaptabilidad de los cultivos a los efectos negativos de los cambios climáticos, porque al respetar las épocas de siembras los cultivos resisten más a las sequias y los calores intensos que en ciertos periodos y sitios se presentan en la región Chaqueña, además respetando las recomendaciones técnicas que según los cultivos las épocas de siembras se tiene una mejor garantía de superar los periodos de intenso calor y periodos normales de déficit de agua asegurando una producción más sostenible.

Barbecho Químico:

Productividad: esta buena práctica contribuye a aprovechar más intensamente las áreas de las unidades productivas destinadas principalmente a la producción de cultivos de renta en el Chaco donde existe déficits de disponibilidad de recursos hídricos. Este sistema se utiliza un producto fitosanitario – herbicida  desecante de toda la cobertura vegetal sin incorporar esta cobertura muerta al suelo, contribuyendo una mayor almacenamiento de la humedad en el suelo que sembrando los cultivos aplicando el sistema de siembra directa asegurar el crecimiento vegetativo adecuado de los cultivos mejorando y contribuyendo sustancialmente la productividad, la rentabilidad o ingresos por un uso más intensivo de las unidades productivas agrícolas en el Chaco.

Adaptación: esta buena práctica agrícola contribuye a fortalecer la capacidad de adaptarse los cultivos y las unidades productivas a los efectos adversos del cambio climático, especialmente el déficit de régimen hídrico por las sequias y los calores intensos producto de las alta temperaturas en ciertos periodos y sitios del Chaco. El barbecho químico aplicado en las chacras destinadas a la producción agrícolas protege también estos sitios de producción de las lluvias intensas, inundaciones y ciertos periodos de intensos vientos que vienen a degradar muchas veces el recurso productivo suelo de las unidades productivas del Chaco fenómenos negativos generados de manera más intensa del cambio climático.

Mitigación: el mantener la cobertura vegetal muerta y aplicar de manera asociativa la siembra directa en las áreas destinadas para la siembra de cultivos agrícolas de renta es la adopción de una nueva tecnología intensificando el uso de estas tierras evitando utilizar áreas con cobertura vegetal de estrato boscoso nativo y de esa manera contribuir como sumidero de carbono en el balance de la unidad productiva agrícola de las fincas en el Chaco.

Manejo Integrado de Plagas (MIP):

Productividad: el manejo integrado de plagas es una buena práctica agrícola de uso común en las unidades productivas agrícolas del Chaco, este estilo de control de plagas y enfermedades permite un control más eficiente y de menos costo de las plagas y enfermedades agrícolas contribuyendo con el aumento de la productividad, aumento de los ingresos e intensificando las áreas de uso agrícola por cada unidad productiva agrícola de las fincas en el Chaco.

Adaptación: la disminución demostrada y el uso más eficiente y seguro de los productos fitosanitarios para el control de las plagas y las enfermedades en las chacras de las unidades productivas se integra adecuadamente a los sistemas de producción agrícolas más sostenibles contribuyendo con las conservaciones de los sistemas eco-sistémicos y la conservación de los paisajes productivos.  


Selección de Especies y Variedades Adaptadas a la Zona:

Productividad: es una de las buenas prácticas agrícolas que están siendo sujeto a las investigaciones básicas, adaptativas y demostrativas buscando y probando según los cultivos de renta para el Chaco las especies y variedades que se adaptan en cada zona según las condiciones edafo-climáticas de la Región Oriental, existen resultados demostrados que aplicando esta práctica aumentar la productividad e incrementar los ingresos por cada unidad productiva en las fincas de los productores logrando de esa manera una mayor intensificación sustentable de la producción en las unidades productivas agrícolas del Chaco.

Adaptación: esta buena práctica agrícola está demostrada que es  clave para reducir en el corto plazo a los sistemas de producción agrícola en el Chaco a reducir la exposición a los efectos negativos del cambio climático como ser la sequias y alta temperaturas cada vez más intensas, heladas, granizos y precipitaciones más intensas, así como los cada vez más fuertes vientos, contribuyendo además a fortalecer sus capacidades en las unidades productivas agrícolas y ayudando a proteger los servicios eco-sistémicos y la conservación de los paisajes productivos. 


Ordenamiento Predial (Plan de Uso de la Tierra) en Base a la Capacidad Agrológica del Suelo:

Productividad: la elaboración y ejecución adecuada de los Planes de Manejo Forestal y Planes de Uso de la Tierra y sus Estudios de Impacto Ambiental correspondientes es más adhiriéndose al régimen de Certificación de Servicios Ambientales de hecho es la base para intensificar las unidades productivas agrícolas en el Chaco, incrementar la productividad predial y además aumentar los ingresos por cada unidad productiva asegurando las intensificaciones más sustentables de la producción. 

Adaptación: determinando en las unidades de producción agrícola preferencias de usos según los estudios taxonómicos de suelos, clasificación de capacidad productiva o agrológicas de las propiedades elaborando sobre los mismos la Planes de Manejo Forestal y Planes de Uso de la Tierra con la exigencia comprometida de la aplicación de su Planes de Gestiones Ambientales (PGAs) permite de hecho a reducir la exposición de los productores en el mediano y largo plazo a los efectos negativos o adversos del cambio climático. Esta condición de uso de las unidades de producción agrícolas permite darle una especial atención a la protección de los servicios eco-sistémicos e integrando estos sistemas de producción a la conservación de los paisajes productivos.

Mitigación: el conservar el 25% de cobertura vegetal con estratos boscosos y sus barreras vivas como exige legalmente en cada una de las unidades productivas como parte de los Planes de Uso de la Tierras, Planes de Manejos Forestales y la ejecución de sus Planes de Gestiones Ambientales (PGAs) y además con aquellos que se adhieren a los Certificados de Servicios Ambientales las unidades productivas en el balance de emisiones y secuestro de carbono se convierten en sumideros de carbono por emitir menos Gases de Efectos Invernaderos (GEI) y además contribuyen con la deforestación evitada.  


Cultivos de Cobertura; Uso de Abonos Verdes y Cultivo Perpendicular a la Dirección del Viento:

Productividad: la aplicación de especies variedades adaptadas a las condiciones edafo-climáticas del Chaco de abonos verdes y cultivos de coberturas, así como sembrar en ciertas áreas perpendicular a los vientos fuertes y predominantes en las unidades de producción agrícolas en las chacras en particular de hecho contribuye en intensificar de manera sustentables la producción y además contribuye con incrementar los ingresos por mejorar la productividad del suelos y mejorar la capacidad de almacenamiento de la humedad en el suelo destinado a la producción agrícolas.

Adaptación: estas 3 (tres) buenas prácticas agrícolas que se aplican en las unidades productivas agrícolas de hecho reducen la exposición de estas unidades productivas y en particular las chacras a los efectos adversos o negativos del cambio climático en el corto plazo, de alguna manera contra resta cuando se desarrollan eventos como vientos y precipitaciones intensas, calor o sequias que superan los promedios normales de las zonas productivas agrícolamente y con ellos contribuyen a que estas unidades productivas fortalezcan su capacidad de adaptarse a mediano y largo plazo de los problemas climáticos.


Mitigación: las buenas prácticas como los abonos verdes y cultivos de coberturas, así como sembrar en ciertas áreas perpendiculares a los vientos fuertes e intensos contribuye a la intensificación de uso de los suelos en las unidades productivas agrícolas evitando avanzar con los desmontes y la deforestación en su misma finca y contribuyen en la disminución de las emisiones de Gases Efectos Invernaderos (GEI).


Nivelación del Suelo y el No Uso del Fuego:

Productividad: las aplicaciones como buenas prácticas agrícolas en las unidades de producción agrícolas como ser la nivelación del suelo y el no uso del fuego está más que demostrado que son prácticas que vienen a mejorar una mejor y mayor productividad en las chacras de uso agrícolas y además por medio de ello mejora de manera más sostenido el incremento de los ingresos y contribuye con una mayor intensificación sustentable de las unidades productivas.

Adaptación: especialmente el no uso del fuego es una práctica que fortalece la capacidad en el corte, mediano y largo plazo a los efectos adversos negativos del cambio climático además contribuyen adecuadamente con la protección de los servicios eco-sistémicos y la conservación de los paisajes productivos de las unidades productivas agrícolas del Chaco.

Mitigación: la incorporación en los sistemas de producción agrícolas de las buenas prácticas como ser la nivelación del suelo y el no uso del fuego vienen a contribuir con intensificación del uso de los suelos agrícolas y evitar el cambio del uso del suelo por desmonte y deforestaciones contribuyendo en el balance de emisión de Gases Efecto Invernadero (GEI) a nivel de fincas productivas como un mayor sumidero de carbono.  

Buenas Prácticas Pecuarias (BPPs) y la Agricultura Climáticamente Inteligente (ACI):

Manejo Adecuado de los Recursos Hídricos:

Esta buena práctica aplicada en las unidades productivas de uso pecuarios preferentemente incluye la: Cosecha y Almacenamiento de Agua de Lluvias; Sistema de Distribución del Agua; y Franjas Protectoras de Cauces Hídricos.

Productividad: la cosecha, almacenamiento y distribución de los recursos hídricos en las unidades productivas de uso productivo pecuario de hecho contribuyen a que las unidades productivas pecuarias sean más eficientes y eficaces en incrementar su productividad, aumentar los ingresos y una sostenibilidad más rentable de los predios de producción ganadera y además contribuir a intensificar la producción pecuaria de manera más sustentable. Un tema no menor es aquellos cauces hídricos activos que no son paleocauces deben mantener sus franjas de protección porque contribuye con el mejoramiento de la productividad ganadera en las fincas del Chaco.

Adaptación: con estas 3 (tres) buenas prácticas pecuarias en las unidades productivas logran reducir la exposición a los efectos negativos por consecuencias del cambio climático como ser las sequias más intensas y falta de aguas para fines productivos que se ven mitigados en las unidades productivas pecuarias adaptándose en corto plazo a estos efectos adversos y estar preparándose los productores en el mediano y largo plazo para soportar aún más estos impactos, además con esto se intensifica el uso de los suelos y a nivel de fincas se contribuye con la protección de los servicios eco-sistémicos y la conservación de los paisajes productivos.

Mitigación: la cosecha, almacenamiento y distribución de los recursos hídricos en las unidades productivas como la protección de franjas de cauces hídricos activos contribuyen con los sistemas de producción pecuarios a ser más eficientes y eficaces contribuyendo a reducir las emisiones de Gases Efectos Invernaderos (GEI) contribuyendo en el balance a ser sumideros de captura de carbono.

Manejo del Suelos: esta buena práctica aplicada en las unidades productivas de uso pecuarios preferentemente incluye: el Ordenamiento Predial en Base a la Capacidad Agrológica del Suelo; Rotación de Potreros; Ajuste de Carga Animal; Rotación de Potreros; Ajuste de Carga Animal; Implantación de Pasturas Adecuadas al Suelo y el Clima; Manejo de Plagas en Pastura; Manejo de las reservas Forrajeras; Renovación de Pasturas; No Quema; y Manejo de la Regeneración de Árboles Nativos en Potreros.

Productividad: la elaboración y ejecución adecuada de los Planes de Manejo Forestal y Planes de Uso de la Tierra y sus Estudios de Impacto Ambiental para fines de producción ganadera y adhiriéndose al régimen de Certificación de Servicios Ambientales permite intensificar el uso de la tierra en las unidades productivas ganaderas, además se incrementa la productividad y mejora la rentabilidad de cada unidad productiva de preferencia pecuarias intensificando la producción sostenible.

El uso de la tierra adecuado asociado a una buena rotación de los potreros, ajuste de la carga animal según el manejo y la implantación de pasturas y su manejo de las pasturas de plagas y enfermedades e inclusive implementando reservas y manejo de forrajes, así como la renovación de las pasturas, la no quema de potreros y la incorporación de árboles en potreros, de hecho y está probado que contribuyen con la intensificación de las unidades productivas pecuarias incrementando de manera sostenido la productividad ganadera y sosteniblemente la rentabilidad de la producción en producción ganadera del Chaco.

Adaptación: todas estas buenas prácticas pecuarias identificadas y aplicadas en las unidades productivas ganaderas de la Región Occidental del Paraguay bajos los Planes de Uso de la Tierras y sus Planes de Gestiones Ambientales (PGAs) contribuyen de sobre manera mientras se apliquen en tiempo y forma a reducir la exposición a los efectos ambientales adversos por consecuencias del cambio climático, además contribuye con la preservación de los servicios eco-sistémicos en sus unidades productivas pecuarias y en la conservación de los paisajes productivos en las zonas de producción. 

Mitigación: los Planes de Usos de las Tierras aplicados adecuadamente con sus Planes de Gestiones Ambientales (PGAs) correspondientes y además incorporando a sus sistemas de producción esta buenas prácticas pecuarias categorizadas como manejo del suelos como ser la rotación de los potreros, ajuste de la carga animal según el manejo y la implantación de pasturas y su manejo de las pasturas de plagas y enfermedades e inclusive implementando reservas y manejo de forrajes, así como la renovación de las pasturas, la no quema de potreros y la incorporación de árboles en potreros y el conservar el 25% de cobertura vegetal con estratos boscosos y sus barreras vivas y además con aquellos que se adhieren a los Certificados de Servicios Ambientales en el balance de emisiones y secuestro de carbono se convierten en sumideros de carbono por emitir menos Gases de Efectos Invernaderos (GEI). 

Manejo Animal: esta buena práctica aplicada en las unidades productivas de uso pecuarios preferentemente incluye: Genética Adaptada; Sanitación; Manejo Productivo; Servicios Estacionales; Control Andrológico; Inseminación Artificial; y Bienestar Animal.

Productividad: El uso de la tierra adecuado de las unidades productivas pecuarias en el Chaco incorporando en tiempo y forma las buenas prácticas ganaderas de manejo animal como ser: las mejoras genéticas, la oportuna y adecuada sanitación y manejo productivo como ser básicamente los servicios estacionales, control andrológico, la inseminación artificial y especialmente el bienestar animal, de hecho y está probado que contribuyen con la intensificación de las unidades productivas pecuarias incrementando de manera sostenido la productividad ganadera y sosteniblemente la rentabilidad de la producción en producción ganadera del Chaco.

Adaptación: la aplicaciones en tiempo y forma de estas buenas prácticas ganaderas relacionada con el manejo animal como ser: las mejoras genéticas, la oportuna y adecuada sanitación y manejo productivo como ser básicamente los servicios estacionales, control andrológico, la inseminación artificial y especialmente el bienestar animal, contribuyen a fortalecer cada vez más a que las unidades productivas ganaderas se adapten a los efectos adversos negativos de los cambios climáticos intensificando de manera más sustentable las fincas y así contribuyen a la preservación de los servicios eco-sistémicos y a integrar a sus sistemas de producción la conservación a los paisajes productivos. 

Mitigación: estas buenas prácticas identificadas y señaladas de aplicación como ser: las buenas prácticas ganaderas de manejo animal como ser: las mejoras genéticas, la oportuna y adecuada sanitación y manejo productivo como ser básicamente los servicios estacionales, control andrológico, la inseminación artificial y especialmente el bienestar animal, y el conservar el 25% de cobertura vegetal con estratos boscosos y sus barreras vivas y además con aquellos que se adhieren a los Certificados de Servicios Ambientales en el balance de emisiones y secuestro de carbono se convierten en sumideros de carbono por emitir menos Gases de Efectos Invernaderos (GEI).

 

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Medio Ambiente

El medio ambiente debe ser considerado como parte integral y armónica del conjunto de tareas que garanticen el desarrollo sostenible de un país como Paraguay (Molinas 2006).

El problema de la sostenibilidad es en el fondo un problema de desarrollo, de erradicación de la pobreza, de educación colectiva, de mentalidad y hábitos sociales, de cultura política, de mecanismos institucionales que incorporen la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones, de nuevas formas de producir y de consumir, de equidad y cooperación en las relaciones internacionales, se trata, en suma, de colocar al ser humano en el centro de nuestras preocupaciones, porque si las personas no están protegidas, la naturaleza tendrá, entonces, pocas oportunidades.

Para avanzar verdaderamente hacia el desarrollo sostenible debemos asumir nuestra responsabilidad local con enfoque global en la lucha que la humanidad esta encarando por preservar en el largo plazo los ciclos vitales de la vida de los que depende la existencia misma del ser humano sobre la tierra, debemos hacer un esfuerzo local con perspectiva global (Molinas 2008).

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