Iniciamos esta reflexión técnica
sobre “PARAGUAY Y SU SITUACIÓN ANTE LAS EMISIONES DE GASES EFECTO INVERNADERO
(EGEI) A NIVEL GLOBAL Y LA CUMBRE DE GLASGOW – ESCOCIA – LA COP26”, es
necesario recordar a la Convenio Marco de Cambio Climático de la ONU del 9 mayo
de 1992, que fue 1° paso de la aceptación al Cambio Climático como problema
mundial; ratificado por nuestro país por la Ley
N°251/1993 “QUE APRUEBA EL CONVENIO MARCO DE CAMBIO CLIMÁTICO”.
Agricultura Tecnificada con Buenas
Prácticas Agrícolas y Agronómicas que Aseguran el Uso y Manejo Cada ves más
Racional de los Recursos Naturales Productivos (paisajes verdes agrícolas)
En este 1° paso sobre el Cambio Climático
como un problema global tiene como razón principal la subida de la temperatura es
un proceso de industrialización iniciado hace siglo y medio y, en particular,
la combustión de cantidades cada vez mayor de petróleo, gasolina y carbón, la
tala de bosques y algunos métodos de explotación agrícola. El aumentado “Gases
de Efecto Invernadero (GEI)” en la atmósfera, sobre todo de dióxido de carbono,
metano y óxido nitroso. Pero estos GASES que se producen naturalmente y son
fundamentales para la vida en la tierra porque impiden que parte del calor
solar regrese al espacio.
La Convención Marco Cambio Climático
además es de lograr la estabilización de las concentraciones de Gases de Efecto
Invernadero (GEI) en la atmósfera, a un nivel que impida interferencias
antropógenas peligrosas en el sistema climático. Se debe lograr en un plazo suficiente para
permitir que los ecosistemas se adapten naturalmente al cambio climático,
asegurar que la producción de alimentos no se vea amenazada y permitir que el
desarrollo económico prosiga de manera sostenible.
Esta misma Convención Marco en su Artículo
N°2: En el punto 1 (uno) “Mejorar la Aplicación de la Convención, en el
Contexto del Desarrollo Sostenible y de los Esfuerzos de Erradicar la Pobreza”.
En su Inciso b): “Aumentar la capacidad de adaptación a los efectos adversos
del cambio climático y promover la resiliencia al clima y un desarrollo con
bajas emisiones de gases efectos invernadero, de un modo que no comprometa la
producción de alimentos”.
En este mismo Artículo N°2: En el
punto 2 (dos) establece que “El presente acuerdo se aplicara de modo que
refleje la equidad y el principio de las responsabilidades comunes pero
diferenciadas y las capacidades respectivas, a la luz de las diferentes
circunstancias nacionales”. En el Presente Acuerdo es bueno rescatar “Teniendo
presentes la prioridad fundamental de salvaguardar la seguridad alimentaria y
acabar con el hambre, y la particular vulnerabilidad de los sistemas de
producción de alimentos a los efectos adversos del cambio climático”.
Ante la Convención Marco Cambio Climático además es de lograr la estabilización de las concentraciones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en la atmósfera, a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático. Paraguay se comprometió a una reducción del 20% de sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), pero un 10% de ese compromiso se encuentra condicionado al apoyo de la comunidad internacional. Sin apoyo económico de los países más ricos difícilmente una política ambiental exitosa pueda llevarse a cabo en países con menos recursos.
Video de Emisiones Gases Efecto Invernadero (EGEI) a Nivel GLOBAL
El informe oficial de Paraguay ante
la COP26 sobre el Acuerdo de París de la Cumbre de Glasgow – Escocia, en un
contraste de emisiones a nivel global, el PARAGUAY APENAS EMITE EL 0,09% DEL
TOTAL DE LAS EMISIONES GLOBALES, estando como país 100% alineado con los
compromisos internacionales establecidos en el Acuerdo de París, donde además Paraguay
insta que las responsabilidades principales de reducción deben recaer sobre los
mayores emisores globales, en concordancia con el principio de RESPONSABILIDADES
COMUNES PERO DIFERENCIADAS, y reconociendo las realidades y prioridades
nacionales.
Considerando los orígenes de la
Convención Marco de Cambio Climático de la ONU del 9 mayo de 1992 y los
resultados actuales alcanzados en la COP26 sobre el Acuerdo de París de la Cumbre
de Glasgow – Escocia; se pudo revelar claramente la intensión voraz de que “Existe
una tendencia cada vez más marcada a nivel mundial de volcar la responsabilidad
del impacto ambiental en los sectores productivos rurales en contraposición al
enorme peso que tienen las industrias de combustibles fósiles en el cambio
climático. Aumentar la presión en torno a las emisiones de metano (producción
primaria agrícola ganadera) y sacar el foco en las emisiones de CO2 de las
industrias incrementa la responsabilidad en los países en desarrollo, cuyas
economías están más ligadas a estos sistemas productivos”.
Como Asesor Agroambiental Especializado
de la Unión de Gremios de la Producción (UGP) puedo aseverar que nuestros productores
han demostrado que nuestros sistemas de producción agrícolas en el uso y manejo
más racional de los recursos naturales de sus unidades productivas o
agroecosistemas, demostrando fehacientemente que contribuyen con adaptación a
los efectos perjudiciales y la reducción de Emisiones Gases Efectos
Invernaderos (EGEI) como ser la mitigación al Cambio Climático Global; con sistemas
productivos cada vez más sustentables orientados ante todo a la adaptación a
los efectos perjudiciales del cambio climático es posible a través de cambios
en las prácticas de manejo o cambios en el uso de tecnologías.
Además, nuestros productores organizados en estas 3 (tres) últimas décadas han demostrado que vienen contribuyendo a disminuir la tasa de deforestación en las áreas de producción agrícolas del país, además presentan una mayor conservación de bosques de reserva legal y los bosques de protección de cauces hídricos, así también ha disminuido significativamente la degradación de los bosques nativos y además todas estas prácticas están asociadas a una mayor adopción de las buenas agronómicas de conservación de los suelos y aguas, con las denominadas prácticas de gestión forestal (forestación, reforestación y agroforestación), mejora en el manejo de las pasturas y la restauración de tierras degradadas.
Ante los 2 (dos) últimos párrafos expuestos sobre la situación de la producción en nuestro país es claro que deberá ante esta tendencia voraz de los países desarrollado es mantener y defender los beneficios sostenibles de nuestros sistemas de producción como una postura única con los países en vía de desarrollo “La defensa del rol del sector productivo agro ganadero y forestal como dinamizador de la economía paraguaya y como proveedor de alimentos, pero desestima el impacto de los grandes productores en la problemática ambiental. Los agricultores deben tener libertad para elegir el sistema de producción que mejor se adapte a sus condiciones, recursos y mercado, teniendo en cuenta los costos de producción y la rentabilidad. La producción orgánica es más cara, por lo tanto, aumenta los costos de los alimentos aumentando la desigualdad entre los consumidores, pero es una opción”.
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