Ing.
Agr. (M.Sc.) Alfredo S. Molinas M.: como Asesor Agroambiental de la Unión de
Gremios de la Producción (UGP); he creído conveniente publicar en el BLOG para
el debate y discusión la “Propuesta de Ordenamiento Territorial de los
Departamentos de Boquerón y Alto Paraguay de la Región Occidental o Chaco”,
lanzado en Noviembre del 2006.
Planificación Ambiental de la Propuesta
de Ordenamiento Territorial de los Departamentos de Boquerón y Alto Paraguay de la
Región Occidental o Chaco – Noviembre del 2006
I.- PLANIFICACIÓN AMBIENTAL DE LA
PROPUESTA DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL:
1.- Esta es la modalidad de planificación, que básicamente sigue los
mismos lineamientos, pero considerando la variable ambiental en todo el proceso
de planificación.
2.- Es así que, MARNR (1982), entiende por planificación ambiental el
proceso mediante el cual se intenta concretar, con respecto al sistema
ambiental sujeto del manejo, aquellas aspiraciones definidas como positivas por
el sistema de valores más representativo de los intereses de la población
afectada con las intervenciones que se llevan a cabo en el sistema ecológico
que integran la población en cuestión y su correspondiente sistema ambiental.
3.- Dentro de la planificación ambiental, una región es, en términos
generales, cualquier unidad o área de la superficie de la tierra, determinada
con base a la existencia de características relativamente comunes entre los
puntos que se encuentran al interior del límite fijado para identificarla.
MARNR (1982).La planificación ambiental se halla estructuralmente vinculada a
la ordenación y manejo del ambiente, a fin de satisfacer las necesidades
presentes y futuras de la sociedad.
4.- La planificación ambiental incluye todas las interacciones de los
procesos sociales y económicos con los naturales; ésta debe estar inscrita en
el proceso general de planificación e integrada en los planes y acciones
sectoriales tanto a nivel público como privado. Igualmente debe contar con los
mecanismos e instrumentos de control normativos y de seguimiento de las
acciones y medidas adoptadas.
5.- MARNR (1982), señala que la esencia de la planificación ambiental
radica en lograr un desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad,
compatible con las limitaciones y potencialidades que impone la dinámica del
ecosistema global que contiene y/o proporciona el sustento a dicha
sociedad. Partiendo de la base de que el
desarrollo social ineludiblemente conlleva cambios ambientales y, por ende,
modificaciones sucesivas en la dinámica y equilibrio de los ecosistemas, la
planificación ambiental busca formas de utilizar dichos ecosistemas para
satisfacer las necesidades sociales dentro de las limitaciones y en el
desarrollo del potencial que determina su propia naturaleza y dinámica.
6.- Para lograr esto, se parte del reconocimiento de que la sociedad no
está en capacidad de modificar a su voluntad las leyes naturales y que su campo
de intervención está dado por la capacidad de introducir modificaciones al
sentido, ritmo y tendencias de algunos procesos naturales. En este orden de
cosas, un componente fundamental de la planificación ambiental relaciona el
establecimiento de los nexos existentes con las leyes que rigen los fenómenos
naturales y aquellas que regulan los procesos sociales, para, a través de
ellos, buscar comprender las características del sistema ambiental en que tiene
lugar el desarrollo social y determinar así el grado hasta el cual éste puede
ser manipulado e intervenido. Implica tanto una
evaluación de la estructura, dinámica y relaciones del sistema
ambiental, como un conocimiento de la estructura, dinámica y organización
social específica del sistema humano, cuyo sistema ambiental es sujeto de un
proceso de planificación dado, hechos de manera tal que permitan la ejecución
cautelosa de acciones de intervención, en el sentido de que para implementarlas
se haga el mejor uso posible del conocimiento disponible tanto para la
planificación ambiental en general, como para la identificación y evaluación de
riesgos y desajustes en particular.
7.- En esencia, la planificación ambiental presupone que la dinámica de las interrelaciones sociedad-naturaleza puede ser ordenada y regulada a través de un proceso de intervención controlada. Su implementación está condicionada a que efectivamente existan la voluntad y la capacidad de inducir un proceso de organización de la sociedad tal, que la dinámica de las interrelaciones con su correspondiente sistema ambiental obedezca a determinadas pautas reconocidas y aceptadas como esenciales por los miembros de la sociedad.
8.- La planificación ambiental busca formular una mediación
organizativa entre una sociedad humana dada y cada uno de sus individuos y su
correspondiente sistema ambiental, de manera que se procure el mayor beneficio
posible para el conjunto de sus miembros, tanto presentes como futuros.
9.- De lo expuesto se deriva que planificación ambiental es el proceso
mediante el cual se intenta concretar, con respecto al sistema ambiental sujeto
al manejo, aquellas aspiraciones definidas como positivas por el sistema de
valores más representativos de los intereses de la población afectada con las
intervenciones que se llevan a cabo en el sistema ecológico que integran la
población en cuestión y su correspondiente sistema ambiental.
10.- La planificación ambiental incluye un concepto integrado de
manejo, que toma en cuenta el reconocimiento de unidades, de estructura,
función y organización del sistema global que integran la naturaleza y la
sociedad en general, así como de sistemas específicos. De tal forma que unas y otras
puedan satisfacer las necesidades tanto presentes como futuras de sus
respectivas poblaciones en materia económica, social y cultural.
11.- En este mismo contexto, para efectos de formular e implementar una
política de planificación ambiental, el sistema básico de referencia está
constituido por la población humana en cuestión y su sistema ambiental. La
interacción entre dos elementos, a través de la mediación del trabajo, genera
tanto sistemas sociales o sistemas de actividad humana con sistemas físicos o
sistemas de sustentación, los cuales se dan tanto a nivel de infraestructura
como de equipamiento y pueden ser modificados o artificiales, en contraposición
a los sistemas de sustentación natural,
en los cuales la medición del trabajo es menos significativa. Es así
que, en los primeros, el trabajo es considerado como un flujo, es decir, como
fuerza de trabajo en movimiento, mientras que en los sistemas de sustentación
adaptados se considera el trabajo como un “stock”, es decir, como fuerza de
trabajo acumulada en forma de objetos materiales.
12.- Así mismo, se tiene por asentamiento humano todo lugar de hábitat
humano donde con cierta estabilidad temporal, funcionan de manera
interrelacionada sistemas de actividad humana y sistemas de sustentación adaptados.
Dentro de este contexto, la región, considerada tanto como objeto de
conocimiento o como sujeto de planificación ambiental, es una porción
relativamente homogénea del espacio que configura el hábitat humano, y que
resulta relevante en la medida en que, actual y/o potencialmente da cabida a un
sistema de asentamientos humanos.
13.- Todo problema de planificación ambiental conlleva explícita o
implícitamente un objetivo y unos instrumentos de acción y de control, los
cuales deben dar lugar a la existencia de un sistema de control que cubra a la
vez tanto los sistemas de sustentación (naturales y adaptados) como los de
actividad humana y sus respectivas interacciones. Específicamente el sistema de
control es el instrumento de acción planificadora mediante el cual se regulan
los conflictos actuales y potenciales entre dichos sistemas de sustentación y
actividad.
14.- Por su parte, para efectos de la planificación ambiental, es
importante tomar en cuenta el sistema de valores, integrado por el conjunto de valoraciones
que posee dicha sociedad y que al interactuar entre sí constituyen el marco de
referencia de los esfuerzos de trabajo que ésta realiza.
15.- Es importante señalar algunas valorizaciones relevantes para la
planificación del ambiente, es así que la experiencia histórica de la humanidad
permite observar cómo las intervenciones humanas fácilmente pueden llegar a
provocar alteraciones irreversibles en el funcionamiento del sistema ecológico
global, las cuales se traducen en pérdidas tanto efectivas como potenciales de
la productividad de dicho sistema.
16.- Este tipo de observaciones llevan la necesidad de incorporar al
sistema de valores que enmarca un proceso de planificación ambiental, dos
valoraciones normativas, tales como:
16.1.- Para los efectos de la planificación ambiental, la población
humana organizada socialmente forma parte integral del sistema ecológico donde
está asentada y/o del cual depende.
16.2.- Es necesario asegurar la conservación a largo plazo de la
especie humana y de las agrupaciones que la caracterizan.
17.- Se tiene así que el aprovechamiento que la sociedad humana hace
sobre su base natural debe fundamentalmente destinarse a satisfacer las
necesidades, tanto biológicas como socioeconómicas que se consideren esenciales
para el bienestar y la reproducción o perpetuidad de los miembros que la
integran.
18.- Lo anterior se debe lograr atendiendo a prácticas de regulación de
la actividad social que garanticen el mantenimiento o perpetuidad y, si es
posible, el incremento de la capacidad potencial de soporte de la población
humana que tenga el hábitat específico que forma parte integral del sistema
ambiental sujeto a manejo planificado.
19.- El principal objetivo de la planificación ambiental es, en
consecuencia, el de mejorar la calidad de vida, a través de un desarrollo de
las fuerzas productivas que, además de ser autosostenido, esté ajustado a
condiciones específicas de hábitats locales y a valores sociales
característicos de la comunidad que directa o indirectamente deriva su sustento
de los mismos.
20.- El objetivo en cuestión debe lograrse atendiendo a los intereses
de las generaciones tanto presentes como futuras y buscando preservar a
perpetuidad la vida en el planeta a través del mantenimiento de la diversidad
de especies.
21.- En este sentido, mejorar la calidad de vida se entiende,
esencialmente, como el logro de la satisfacción con prioridad sobre los deseos,
de las necesidades biológicas y socioeconómicas de todos los miembros de la
sociedad, la igualdad de acceso tanto a los medios de producción como a los
frutos de la misma y la conservación de un medio natural no deteriorado, en el
sentido de que no tenga disminuida su capacidad natural de sustentar a la
población humana.
22.- Para la concepción de un plan ambiental se hace necesario seguir
unas pautas que facilitarán en gran medida esta tarea. Se debe tener en cuenta
que el plan ambiental no se puede restringir al manejo y control de uso de los
recursos naturales. La planificación
ambiental incluye las interacciones de los procesos sociales y económicos con
los naturales. Entonces, el plan debe desarrollar los medios para la práctica,
evaluación y control de estas interacciones, desde la definición de la
situación problema en cada caso, hasta la adopción de normas de acción y
operación. Dependiente del sistema institucional existente y de los parámetros
que enmarcan el proceso de desarrollo, la planificación ambiental tiene que
estar inscrita en el proceso general de planificación e integrada en los planes
y acciones sectoriales de manera tal que pase a formar parte activa y efectiva
del sistema de vigilancia y evaluación de las acciones públicas y privadas. Es
la construcción de este sistema lo que en gran parte constituye la materia viva
del contenido de un plan ambiental.
23.- Por sus propias características, la planificación ambiental está
dimensionada como un proceso continuo de reducción en el nivel de riesgo
ambiental con que se lleva a cabo la actividad económica y social,
esencialmente en el campo de la actividad productiva, con especial atención en
el problema de recursos no aprovechables o dilapidados.
24.- El esfuerzo fundamental de generación-difusión-aplicación de
conocimientos científico-culturales relevantes al proceso de planificación
ambiental, está centrado no tanto en los detalles de dicho proceso, como en las
leyes que lo regulan, en la medida que ellas sean aplicables en el contexto
tanto de ambientes específicos, y de formas de intervención también
específicas.
25.- La planificación ambiental cuenta con mecanismos e instrumentos de
control normativos, especialmente en las fases iniciales de su introducción,
sin perder de vista que la esencia misma del proceso hace imperante que se le
conciba más como uno de orientación de
los objetivos sociales, a fin de lograr que la dinámica de las interrelaciones
sociedad-naturaleza esté regulada con tal forma, que esté garantizada la
maximización de las posibilidades de supervivencia de la humanidad a largo
plazo.
26.- Para la implementación de un proceso de planificación
ambiental, es necesario llevar a cabo una serie de tareas, tales como:
27.- Efectuar una evaluación dinámica del conjunto de necesidades que
objetivamente integran el patrón de producto, distribución y consumo de la sociedad,
así como el patrón deseado.
La evaluación debe tener entre sus objetivos
proporcionar elementos de juicio que permitan:
a).- Identificar y minimizar el consumo conspicuo.
b).- Identificar y disminuir el desperdicio de recursos, de toda índole,
que ocasiona la producción, distribución y consumo.
c).- Introducir cambios concomitantes con los requerimientos del
proceso de planificación ambiental, especialmente a nivel tanto de las
relaciones sociales que regulan el desarrollo de las fuerzas productivas como
de las relaciones técnicas con que se lleva a cabo dicho desarrollo.
d).- Obtener un conocimiento científico-cultural de la dinámica e
interrelaciones entre los distintos elementos que integran el ambiente bajo
planificación, al igual que de aquellos que regulan las interacciones de dicho
ambiente con su mundo exterior.
e).- Lograr el desarrollo de elementos tecnológicos que responden a las
necesidades concretas de las prácticas de planificación ambiental requeridas
por las características propias del ambiente sujeto a dichas prácticas.
f).- Desarrollar una conciencia que a escala social conlleve a un
proceso de organización de la producción y demás actividades sociales que sea
adecuado desde el punto de vista de la concepción ambiental del desarrollo de
las fuerzas productivas.
28.- Cualquier análisis objetivo de la implementación de un proceso de
planificación ambiental, debe partir del reconocimiento claro y específico de
que se trata de un proceso, dentro de los márgenes de maniobra que permite la
interacción de las leyes naturales y las leyes que regulan el desarrollo
social, busca modular la interacción de fuerzas tanto naturales como sociales,
en función de adecuarlas para el logro del objetivo central, cual es la
sustancial elevación de la calidad de vida.
29.- El mismo carácter dinámico de las interrelaciones
sociedad-naturaleza hace que, para efectos prácticos, en cada momento se esté
ante una realidad ambiental nueva.
30.- Resulta totalmente carente de objetividad y por ende no recomendable,
buscar detener el proceso de desarrollo social hasta tanto se disponga de los
elementos requeridos para hacer que la planificación ambiental implique la
exclusión de riesgo, en relación con el deterioro ambiental.
31.- El desarrollo de niveles de conciencia ambiental a escala social
requiere de grandes esfuerzos y demanda tiempo, hecho éste en el cual radica
uno de los mayores obstáculos a vencer en el proceso de planificación ambiental.
32.- Por otra parte, fundamentos de interés de la planificación del
ambiente se articulan en los siguientes criterios:
a).- Dialéctico: en el sentido de que tiene su origen en la dinámica de
conflicto que caracteriza el proceso de interrelación entre sociedad y
naturaleza.
b).- Holístico: en el sentido de que, en un contexto dinámico, reconoce
la existencia de una totalidad formada por interacciones, interrelaciones y
complementariedades entre diferentes elementos de un ambiente determinado, de
tal forma, que en todo momento se le considera como parte integrante e inseparable
del gran sistema global.
c).- Sistemático: en el sentido de que preocupa tanto por los elementos
como por la estructura de las relaciones entre ellos, las causas de
funcionamiento y los efectos de intervenciones específicas.
d).- Integral: en el sentido de que está concebido en función de su
competencia con todas las actividades sociales, por el hecho de que, en una u
otra forma, éstas tienen que ver con el ambiente.
e).- Comprensivo: en el sentido de que va más allá de la aplicación de
un conjunto dado de técnicas de evaluación y planeamiento, lo cual no excluye
el que para ciertos efectos se apoye en aproximaciones incrementales y
conectivas.
f).- Selectivo: en el sentido de que en el campo del conocimiento y
para cada legalidad busca aquellas categorías críticas para la configuración de
un enfoque integral.
g).- Más que simplemente restrictivo: en el sentido de que aporta un
enfoque que permite detectar formas alternativas de utilización de los recursos
y/o promover el uso de recursos que de otra forma pasarían desapercibidos en el
marco de un enfoque tradicional.
h).- Interactivo: en el sentido de que implica un proceso de aproximaciones
sucesivas, en oposición a un proceso de ensayo y error.
i).- Transdisciplinario: en el sentido de que, apoyándose en las
distintas ramas del conocimiento científico, lo hace en forma tal que requiere
transcender la individualidad y/o parcialidad de cada una de ellas.
j).- Sujeto a ciertos márgenes de error: en el sentido de que conlleva
la forma de decisiones bajo riesgo, en situaciones caracterizables por cierto
grado de incertidumbre, derivados del hecho de que, dado los niveles de
conocimientos disponibles, la capacidad de previsión de ciertos aspectos es, en
el mejor de los casos, muy parcial.
33.- Para hacer operable el proceso de planificación del ambiente se
hace necesario configurar una estrategia que incluye una serie de etapas
tácticas tales como:
a).- Identificación y definición de una imágen-objetivo del ambiente
deseado, a distintos niveles, en función de la calidad de vida. La definición
del ambiente deseado para una sociedad humana concreta, debe hacerse tomando en
cuenta las características tanto sociales como físicas de dicha sociedad.
b).- Elaboración de un diagnóstico ambiental en el cual no sólo se
evalúe el estado actual de la sociedad cuyo ambiente es sujeto de
planificación, sino que también incluya las consideraciones necesarias sobre
diversos aspectos.
c).- Historia de las relaciones sociedad-naturaleza en los diferentes
contextos que sea posible identificar al interior del ambiente en
consideración.
d).- Determinación de la naturaleza y calidad del ambiente creado por
las relaciones mencionadas y su correspondiente impacto a nivel de los
diferentes contextos.
e).- Evaluación del potencial disponible y su relación tanto con las
demandas existentes como con las restricciones para su aprovechamiento.
f).- Dinámica de la evolución natural a nivel de los principales
componentes del ambiente en consideración.
g).- Dinámica de la evolución socioeconómica, a nivel de sistema humano
cuyo ambiente es sujeto de planificación.
h).- Identificación de las que serían variantes o invariantes en el
marco del proceso de planificación ambiental, lo cual implica identificar tanto
aspectos o variables ambientales como interacciones sobre el sistema humano y
su sistema ambiental que son factibles de ser influenciados o regulados a
través de mecanismos o instrumentos inherentes a su proceso de planificación a
escala social.
i).- Definición de estrategias generales dirigidas a garantizar que se
concrete la realización de la imagen-objetivo propuesta, de la manera más
adecuada posible.
j).- Elaboración de un plan de ordenación y manejo del ambiente, para
proveer tanto medidas que permitan garantizar que las interconexiones entre las
acciones de planificación y las características del hábitat sujeto de las misma
sean beneficiosas, como medidas correctivas que permitan reducir las
consecuencias negativas previsibles dentro del contexto del objetivo central
del plan del ambiente, en el sentido de asegurar el logro de una calidad de
vida considerada deseable para la totalidad de los miembros de la sociedad. A
este nivel se hace posible y necesario elaborar un plan fundamentalmente
centrado en la acción y el control, a través del establecimiento claro de
prioridades y operando a múltiples niveles.
34.- El plan en cuestión deberá estar inscrito en un proceso de
ordenación y manejo del ambiente y con respecto al mismo cabría destacar puntos
focales tales como:
a).- La determinación y continua redefinición de áreas de ordenamiento
y manejo ambiental.
b).- La determinación del espectro de intervenciones humanas
consideradas viables dentro de cada área, la intensidad tolerable y las formas
adecuadas de llevarse a cabo.
c).- La identificación y determinación de los cambios previsibles en
condiciones ambientales específicas, frente a diferentes alternativas de
manejo, en el caso de cada tipo de área.
d).- La determinación de la espacialidad de los procesos sociales y su
articulación con los naturales.
e).- La configuración, puesta en marcha y continua reestructuración de
un aparato institucional encargado de administrar la implementación del
proceso.
II.- ORDENACIÓN Y MANEJO DEL AMBIENTE EN EL CONTEXTO DE LA PLANIFICACIÓN AMBIENTAL:
1.- La ordenación y manejo del ambiente, como proceso, está constituido por
el conjunto de acciones que en una u otra forma tiene como fin último
reglamentar el uso actual y futuro de un hábitat, con el propósito de
satisfacer al máximo las necesidades presentes y futuras de la sociedad que de
él depende.
2.- El concepto de ordenación y manejo del ambiente se encuentra
estructuralmente articulado al de planificación del ambiente. Para la
operacionalización que implica la planificación del ambiente es necesaria la
existencia diferenciada de la ordenación y manejo del ambiente.
3.- En efecto lo anterior proviene fundamentalmente de los
siguientes hechos:
a).- Siendo cualquier sistema un sistema abierto, su manejo en términos
operativos exige la definición de límites, lo que, a su vez, implica hacer
referencia al marco espacial en el cual se inscribe el sistema en cuestión.
b).- Siendo que, en el hábitat, como territorio ocupado por la sociedad
que integra el sistema ambiental es sujeto de planificación, es acatable dentro
de ciertos rangos. Por ello, pasar de la
planificación ambiental a la ordenación y manejo ambiental, significa reducir
el campo de acción probable y, por ende, moverse en un campo más controlable en
términos operativos.
c).- Siendo que es posible realizar una distinción conceptual entre dos
grandes clases de variables, procesos o componentes ambientales como son los
que corresponden a aspectos espacialmente difusos, desde el punto de vista
operativo, resulta conveniente hacer efectiva dicha distinción ya que los
correspondientes al segundo tipo de aspectos son más fácilmente identificables
y su proyección espacial hace adecuado el uso de metodologías y enfoques
territoriales.
4.- Es en ese marco en el que se inserta el proceso de ordenación y
cambio ambiental, diferenciándose claramente dos etapas que a la vez que se
retroalimentan continuamente, son mutuamente complementarias e importantes, a
saber:
a).- La relativa a identificar y definir la aptitud ecológica que deben
tener regiones específicas al interior del hábitat en cuestión para, a partir
de ella, y con los objetivos del plan ambiental, definir tanto el tipo y
características de los usos alternativos a que podrían estar sometidos, como el
manejo y control a que deben ajustarse.
b).- Tomando en cuenta la actitud ecológica previamente identificada,
definida y normada, al igual que los demás criterios relevantes para ello, se
encontrará la relativa a identificar y definir, a nivel específico ; la
ubicación socialmente deseable que de hecho deben tener actividades humanas de
distinta índole y la tecnología con que deben desarrollarse en forma tal que se
garantice el logro y/o el mantenimiento de la calidad ambiental considerada
deseable.
c).- La estrategia posible para la implementación en diferentes tiempos
y utilizando distintas políticas. Esto significa escoger caminos alternativos
definibles en el corto plazo pero que lleven en el largo plazo a la concreción
de los objetivos finales.
5.- Esta diferenciación resulta de importancia para efectos de deslindar y/o dilucidar el campo de las competencias institucionales, especialmente en materia de ámbitos de planificación y ordenación del territorio. Mientras las dos primeras parecieran más relacionadas con un plan ambiental de largo plazo, la tercera debería ser de hecho resultado de un plan de desarrollo. A su vez la permanente retroalimentación a todo lo largo del proceso, es un factor determinante de la necesidad de que exista una estrecha y también permanente interrelación entre las instituciones cuyas funciones relacionan, de manera denominaste, a una u otra etapa.
6.- A continuación, se presentan algunos principios ecológicos
útiles para hacer operable un proceso de ordenación y manejo ambiental:
A partir de la historia de las relaciones entre la sociedad humana y el
ambiente, ha resultado posible establecer principios ecológicos de gran
utilidad práctica en la definición de pautas de ordenación y manejo que, en su
esencia, apuntan a regular el uso que la sociedad hace de los recursos que
integran su hábitat, estimulando a la vez el máximo aprovechamiento de sus
potencialidades. Entre dichos principios vale la pena destacar los siguientes:
Sinergia: Una relación entre dos sistemas es sinérgica
cuando, como resultado de la misma, la calidad del conjunto que integran ambos
sistemas es mayor que la suma de las calidades propias de cada uno de los
sistemas cuando se encuentran aislados. En el caso del sistema humano y su
correspondiente sistema ambiental, bajo ciertas condiciones, la calidad total
de la vida de la sociedad y la calidad de su ambiente aumenta durante la
interacción; éste hecho permite avanzar hacia nuevos horizontes, nuevas
relaciones y nuevas dimensiones de dicha calidad de vida. El concepto de sinergia va más allá del
concepto de armonía, si se entiende esta última como una nueva minimización de
conflictos entre el hombre, la sociedad y su ambiente. Al contrario, se trata
de la aparición de nuevas formas de simbiosis que, como tales, incrementan el potencial del
sistema global que integran la sociedad humana y su correspondiente sistema
ambiental.
Resiliencia: Se entiende como tal, la capacidad o
característica de muchos sistemas, de poder absorber cierto grado de
perturbaciones o cambios, sin que ello implique un cambio significativo en su
naturaleza fundamental ni en su modo básico de funcionamiento. Representa un
concepto de equilibrio dinámico y, por ende, excede el marco de estabilidad,
entendida como el hecho de que algo determinado permanezca constante a través
del tiempo. La resiliencia está asociada a la preservación de funciones y
valores básicos, dentro de un universo caracterizado por su variabilidad, es
decir, por estar en un proceso de cambio permanente.
Adaptabilidad: Una relación adaptativa entre la sociedad y su
ambiente natural, implica la flexibilidad para responder a cambios inesperados
de este último, de tal manera que no se pongan en peligro sus relaciones; todas
aquellas decisiones que implican el cierre de opciones futuras, deben ser
analizadas y evaluadas cuidadosamente.
Un objetivo deseable a este aspecto incluye la apertura de opciones
futuras en cuanto a la adecuación y manejo del ambiente. En otras palabras, la
relación adaptativa con el ambiente implica mantener e incrementar la capacidad
de responder adecuadamente ante situaciones y eventos no previstos.
Holismo: Entendido aquí como la percepción y manejo del
ambiente, concebido no “desde afuera”, sino considerándolo como parte
integrante e inseparable del gran sistema global o ecosistema humano que
conforma la sociedad y su correspondiente sistema ambiental.
7.- Algunos principios generales útiles para hacer operable un proceso de ordenación y manejo ambiental son:
a).- La futura relación deseable entre la sociedad y su ambiente
natural debe ser esencialmente creativa. Se permitiría que el ambiente natural
se perciba de nuevas maneras, se imaginen y se investiguen nuevas formas de
obtener beneficios de los sistemas ambientales y se utilicen nuevos recursos.
Con esto se produciría un aumento sostenido de la capacidad productiva de los
sistemas ambientales y humanos, sobre la base de que ello implica una mejor
utilización y adecuada intervención de los primeros, temas ecológicos diseñados
por el hombre como el descubrimiento de nuevas formas de satisfacer las
necesidades humanas.
b).- La sociedad humana integrada con su ambiente natural debería
utilizar los recursos del mismo, de manera tal que permanentemente se estuviera
maximizando su oferta, tomando en cuenta las potencialidades determinadas por
las magnitudes y direcciones de los flujos sostenibles de materia y energía,
minimizando el consumo innecesario y preservando la sociedad y diversidad que
presenta la base organizacional que permite la operación de procesos
homeostáticos.
c).- El uso de los procesos naturales a través de ajustes delicados,
que permitan canalizarlo en beneficio de la humanidad, tiene preeminencia sobre
el manejo basado en cambios violentos y alteraciones de los sistemas
ambientales. La tendencia a la concentración urbana, energética, económica,
demográfica, de poder, etc., que llega hoy a veces a límites antifuncionales y
explosivos, frecuentemente se hace necesario reemplazarlo por la
desconcentración espacial hacia unidades más manejables y ecológicamente menos
vulnerables.
d).- El ambiente social debe permitir la satisfacción de las
necesidades humanas, las cuales deben orientarse cada vez más hacia las
necesidades esenciales, materiales y no materiales, evitando el camino que
implica la generación artificial de aspiraciones materiales.
e).- En ciertos hábitats, las intervenciones humanas deben posponerse
hasta tanto no se realicen las investigaciones conducentes para garantizar su
utilización y manejos adecuados. Sin embargo, este criterio debe ser
restringido a aquellas áreas donde, de acuerdo al conocimiento existente, se
detecta alta probabilidad de cambios perjudiciales e irreversibles.
f).- En aquellos hábitats actualmente sujetos a presiones inminentes de
intervención deben, en lo posible, exigirse estudios de impacto ambiental.
g).- La acción de manejo debe concentrarse fundamentalmente en aspecto
tales como: flujos de energía a través de la trama trófica, ciclos de
nutrientes, uso de desperdicios, reciclaje de residuos, control y recuperación
de daños registrados, medidas preventivas, investigación científica y educación
ambiental.
h).- El desarrollo científico tecnológico debe basarse en mecanismos
que permitan adaptar, investigar y/o desarrollar tecnologías ambientales
adecuadas.
i).- En términos generales, las tecnologías podrán considerarse
ambientalmente adecuadas en la medida en que, sin perjuicio de que tengan que
cumplir con criterios adicionales, cumplan con los siguientes criterios.
j).- Que adopten prácticas de manejo coherentes con la preservación,
conservación, orientación y/o enriquecimiento, según sea el caso, de los
recursos que se afectan con su uso.
k).- Que minimicen la generación de residuos y especialmente de
residuos no biodegradables.
l).- Que minimicen las demandas de energías y sean eficientes en la
conservación de la misma.
ll).- Que en lo posible permitan el reciclaje de residuos.
m).- Que permitan un cierto nivel de autosuficiencia.
n).- Que en lo posible hagan uso de recursos renovables.
ñ).- Que los bienes a que dan lugar tengan una durabilidad relativa
tal, que permita minimizar sus demandas por reemplazo
o).- En la medida de lo posible, los cambios que produzca en un
ecosistema específico, una intervención determinada, deben darse en la
dirección de mayor productividad relevante a la satisfacción de las necesidades
biológicas y socioeconómicas de la sociedad que sustenta.
p).- La evaluación que se logra a partir de intervenciones específicas,
que se consideren ambientalmente significativas, deben estar acompañadas de
procesos continuos de monitoreo, investigación e intercambio de información
científica.
k).- Teniendo en cuenta que el proceso de ordenación y manejo ambiental
es esencialmente un proceso de decisiones bajo riesgo, una cautelosa conducción
del mismo requiere, para cada situación específica, de evaluación de riesgos
admisibles, evaluación de riesgos probables, estimación de márgenes de error
probables, estimación de márgenes de error tolerables y estimación de niveles
de ignorancia. Así mismo, toda acción
específica en un área de ordenación y manejo ambiental determinada, debe ser
coherente con las pautas de manejo formuladas para la misma.
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