Señor presidente de la Conferencia de las Partes nro. 26, Don Alok Sharma, y en su persona a todas las autoridades hoy aquí presentes.
Traigo los saludos del Señor Presidente
del Paraguay, Don Mario Abdo Benítez quien expresa su reconocimiento y
agradecimiento a la organización por recibirnos.
Estimadas y estimados delegados del mundo, todos sabemos que para los problemas globales se requieren soluciones colectivas, pero estas se deben dar bajo el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas
y con este principio, el Paraguay, cuya condición histórica, geográfica, social y económica no permitió ni permite emitir en la misma medida que lo hicieron y siguen haciendo otros Estados, sin embargo, somos altamente vulnerables y nos vemos seriamente afectados por los efectos adversos del cambio climático, sufrimos inundaciones, sequías e incluso temperaturas extremas de hasta 50° grados Celsius.
Si bien es cierto que somos responsables de un ínfimo porcentaje de las emisiones a nivel mundial, específicamente el 0,09%, desde hace años hacemos nuestra parte trabajando con agricultura de siembra directa, ganadería con pasturas naturales, cumplimos normativas para la conservación de bosques y la protección de los cauces hídricos, llevamos adelante varios proyectos de integración y conservación de las culturas de nuestros hermanos indígenas, producimos energía eléctrica limpia y renovable y ponemos a disposición del mundo los Servicios Ambientales de nuestras millones de hectáreas de bosques que sirven como sumidero de toneladas de carbono producidos por otras naciones, reconocemos también la necesidad de reforzar los mecanismos de control de dichas normativas que se deben a las limitaciones presupuestarias, una característica de los países en desarrollo, pero aun así estas acciones tienen un valor no solamente a nivel nacional, sino que beneficia a todo el planeta, por eso instamos a promover prácticas justas y transparentes de comercio basadas en la ciencia, sin obstaculizar el desarrollo de todos los sectores.
El cambio climático va mucho más rápido que nuestras expresiones de deseo y nuestras negociaciones, es tiempo de replantearnos las estrategias de combate y debemos ser coherentes entre el pensar, decir y hacer la tecnología nos ha demostrado que podemos hacer todo lo que queramos sin necesidad de emitir gases de efecto invernadero, principalmente el dióxido de carbono (Co2), que se generan por ejemplo con los vuelos que las Delegaciones de cientos de países deben realizar para asistir a las diferentes reuniones, irónicamente, para tratar la disminución de la temperatura a causa de las emisiónes de gases de efecto invernadero.
Tampoco
debemos olvidar que los Países en vías de desarrollo deben contar con mejores
accesos a medios de financiamiento internacional para adaptarnos,
sin dejar de lado la mitigación, compensando las desventajas propias a las
cuales nos enfrentamos.
La adaptación es un proceso costoso pero impostergable e imprescindible y en Paraguay, a través del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible, nos hemos aliado, no solo con otras Instituciones Públicas, sino también con el sector privado y el sector financiero diseñando Políticas Públicas y Planes Estratégicos que nos ayuden a lograr, no solo el ODS 13 “Acción por el Clima”, sino todo lo relacionado a la protección del medio ambiente.
Desde el Paraguay somos conscientes de que el financiamiento público interno de los países en proceso de desarrollo es insuficiente para cumplir con los niveles de compromisos de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC). Es por ello que los países desarrollados deben cumplir con su promesa de generar como mínimo 100 mil millones de dólares todos los años en financiamiento para el clima, sin embargo, no están cumpliendo este compromiso.
Tenemos
bien claro que el objetivo marcado solamente se alcanzará si potenciamos
inteligentemente los fondos existentes, esto también debe ser entendido por
todas las Agencias de las Naciones Unidas y otras agencias cooperantes.
Las Agencias
tienen como propósito que los Estados logren el bienestar integral de sus poblaciones,
con eficiencia e integridad, y no, que los Estados trabajen para alcanzar
los objetivos de las agencias.
Si
salimos
de esta COP sin comprender la necesidad e importancia de incrementar la valorización de los bosques,
logrando que los mismos tengan un valor nominal igual o mayor que las tierras
de cultivo y sin llegar a acuerdos sobre la movilización de las finanzas, las
soluciones basadas en la naturaleza, la adaptación y por sobre todo concluir con
el Paris Rule Book todo este esfuerzo será en vano y las
personas seguirán padeciendo estragos
por el cambio climático y más triste aun, perdiendo sus esperanzas.
Finalmente,
Sr. presidente y estimados representantes de todos los países, debemos salir de
continuas discusiones, reconocer que hemos avanzado mucho, pero aceptar que aún
nos falta mucho.
Debemos
tomar un rol activo a fin de encontrar el consenso que se enfoque en mantener la
temperatura mundial debajo de los 2° grados Centígrados con respecto a los niveles
preindustriales.
Debemos tener presente que es nuestro
deber como Estados, asegurar el bienestar
integral de nuestras poblaciones, especialmente de los más vulnerables, todo esto
implica hacer frente a los efectos
del cambio climático, orientando esfuerzos concretos y eficaces de adaptación
y mitigación sin afectar la seguridad alimentaria,
pues de esto depende el desarrollo de nuestras sociedades.
Esa es nuestra tarea y es urgente.
Tupa ta pende rovasa.
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